Historia del Mercado de Tortosa LLIBRE+MERCAT+DE+TORTOSA+FINAL | Page 105
¿Pero, para que recordar hechos que no se han borrado de la memoria del
público? ¡Que papel de facultativo mas mojado representó el Sr. Abril! ¡Y aún
hay quien le defiende, en un documento público!
Lo mejor del caso es, que entre los seis concejales firmantes de la protesta,
hay alguno, D. Francisco Dalmau, que no ha asistido a ninguna sesión desde
Abril acá, y mal puede atestiguar los procedimientos seguidos contra el Sr. Abril
por esta Alcaldía y Ayuntamiento; sin embargo, la frescura del Sr. Dalmau,
llega a significar que el Alcalde y el Ayuntamiento, están cometiendo actos de
verdadero intrusionismo. La razón queda probada. Esto si que es prueba
plena.
También, en el número de firmantes, figura algún que otro regidor, que votó,
¡pásmense ustedes! por la destitución del Sr. Abril, aprobando las resoluciones
adoptadas por la Alcaldía.
¡Que tejer!... ¡Que destejer!
Por lo demás, pierdan cuidado los señores protestantes, y en particular, el
Secretario del Banco de Tortosa D. Bernardo Sacanella, contratista aquel de la
obra y el Sr. D. Juan Curto, Concejal también y Procurador causídico de
aquella sociedad de crédito. A la brevedad posible, tenemos entendido que el
Ayuntamiento nombrará persona facultativa, reclamando la intervención del
Arquitecto Provincial, con el fin de que examine rigurosa y municiosamente las
obras realizadas en el Mercado y las que se están renovando.
Repetimos que cuando se vino al suelo el Mercado, al soplo de suave brisa,
con escándalo de la población entera, vigilaba aquellas obras el Sr. D. Juan
Abril y de nada sirvió su auxilio facultativo, pasándose la monstruosa avería,
con el mayor silencio por parte del Ayuntamiento, y en especial de su entonces
Regidor Síndico D. Bernardo Sacanella. Hoy salen en defensa del Arquitecto,
los mismos que con su apatía e indeferintismo, renunciaron a toda gestión e
iniciativa, cuando las obras del Mercado dieron completas señales de ruina.
Hágase hoy por la Alcaldía y Ayuntamiento, lo que entonces no se practicó.
Termínese el periodo de las complacencias y de los emplastos y cese toda
consideración en pugna con los intereses públicos. Reclámese el informe de
un arquitecto que inspeccione el Mercado piedra sobre piedra, ladrillo sobre
ladrillo y hágase cumplir la Justicia. Que llene estrictamente el contratista,
Banco de Tortosa, todas las condiciones de la subasta; que se ajuste al
presupuesto, al plano, a todos los detalles, en fin, relacionados con la obra.
Hay necesidad de dar esta completa satisfacción a Tortosa, después de las
hecatombes ocurridas. Nosotros no cejaremos en esta parte, reanudando
nuestras advertencias y consejos de siempre. Creemos que nuestros amigos,
deben cumplir sus promesas país, robusteciendo así el prestigio y las simpatías
de que gozan.
No porqué el Sr. Sacanella, Concejal del Ayuntamiento y Secretario del Banco,
y D. Juan Curto, su Procurador causídico pertenezcan al Ayuntamiento, deba
andarse con transacciones de ningún género. No; eso no lo consentirán
nuestros amigos; estamos de ello seguros. Cúmplase la ley y que resalte
sobre este tejido de inexactitudes que contiene la protesta contra el Sr. Alcalde
y del Ayuntamiento, amoldada a un acuerdo enérgico, breve e irrevocable, sin
mas espera y con decidida fe de proceder firmisimamente, caiga el que caiga.
Toda conducta que no sea ésta, será anatemizada por nosotros.
Vemos que los argumentos del Diario se ajustan a la realidad; los
firmantes de la Protesta se llevan un buen palo y con todo lo dicho aquí y
lo anteriormente reseñado, vemos sin lugar a la menor duda, cual fue la
desgraciada intervención de D. Juan Abril en las obras del Mercado, un
mercado que no llegó a terminarse.
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