Las páginas siguientes tratan de compilar la evolución de nuestra sociedad motrileña de los últimos doscientos años, de cómo se ha transformado. Quieren ser un análisis sucinto del tiempo en que ese espacio agrario, disputado y anhelado, a pesar de las crisis cíclicas que sufre, va dando paso( quizás con una tendencia de siglos atrás), al desarrollo de una ciudad de servicios. Algo con lo que, estemos de acuerdo o no, parece asociarse el nombre de Motril y el de sus habitantes.
El comienzo de una nueva centuria, el siglo XIX, se abre con un prólogo bastante inquietante, la crisis en la que ha vivido la sociedad motrileña del siglo XVIII. Por eso, tras la descripción de esa lamentable realidad, de sus gentes, sus edificios y sus calles en páginas anteriores, no nos queda más remedio que hacer algunas consideraciones previas.
En primer lugar, el espacio geográfico en el que nos movemos, el delta del río Guadalfeo y las estribaciones de las sierras de Lújar y el Conjuro, han enmarcado un territorio en continuo crecimiento. Los sedimentos que arrastran las grandes riadas van colmatando el tramo costero, desde Calahonda hasta Salobreña, lo cual nos recuerda la alta deforestación a que se encuentran sometidos estos montes cercanos y el impacto que sobre el medio ha producido la sobreexplotación de los mismos para alimentar con leña los hornos de ingenios y trapiches azucareros. Un territorio que, por otra parte, tiene una importante proporción de su superficie inutilizada, bien por la posibilidad de que las avenidas de agua las inunden, bien porque se encuentran completamente encharcadas, con el consiguiente riesgo para la población como foco de enfermedades.
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INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 171 05 / 01 / 2011, 10:24