Manual básico para la escritura de ensayos
Lenguaje, Educación e Innovación
Resumiendo, podríamos decir que la formación del practicante de Yoga requiere del dominio de tres aspectos fundamentales, el cuerpo, la mente y las emociones. El cuerpo debe estar sano y en forma, la mente debe ser educada y las
emociones, en conjunto con la mente, deben poder controlarse, no ser reprimidas ni evadidas, sino controladas de manera sana. Entonces, las técnicas que utiliza el aprendiz de Yoga para ejecutar su práctica constante son la meditación,
la práctica de asanas y la respiración, que le permiten educar y acallar la mente. Si se trabaja de esta manera el cuerpo y
las emociones serán sanas y positivas. El practicante de Yoga puede seguir estos principios básicos de manera que vaya
logrando su maestría en el dominio de sí mismo. El Yoga como disciplina universal y milenaria requiere de la práctica
constante y la aplicación de los 3 aspectos centrales que requiere esta disciplina.
Borrador segundo (escrito corregido)
El trabajo del practicante de yoga
La práctica de yoga es una disciplina muy antigua que no se limita a las posturas del cuerpo como muchos
practicantes actuales creen. Por el contario, involucra conocimiento (gñani yoga), devoción (bhajti yoga), trabajo (karma yoga) y no sólo las posiciones físicas (hatha yoga). Por ello, esta doctrina requiere de técnicas y habilidades que
se resumen en el fortalecimiento de tres aspectos fundamentales de la vida: mente, cuerpo y emociones. Por consiguiente, es necesario, para obtener el máximo aprovechamiento de esta actividad, ser capaz de cuidar el desarrollo
del cuerpo, controlar la mente y dominar las emociones.
El cuidado y bienestar del cuerpo físico comprende la salud en todo el sentido de la palabra. Poseer un cuerpo
saludable resulta de una alimentación sana, de la abstinencia en el consumo de drogas y de una rutina de ejercicios
que mantenga el organismo en forma. De este modo se puede entender que uno de los principales deberes del estudiante de yoga es trabajar por el bienestar y la salud física. Existen tendencias que consideran poco importante atender
este aspecto pues asumen lo material como algo efímero, sin embargo, es necesario comprender que el cuidado del
cuerpo es tan esencial como el cuidado del espíritu. Es por ello que un régimen alimenticio sano, una actitud de continencia sobre el uso de drogas y una rutina de ejercicio resultan fundamentales para mantener mayor control sobre
la dimensión física de la naturaleza humana.
De la misma manera, que es de absoluta relevancia el cuidado del cuerpo físico, la mente es otro de los ám-
bitos elementales en la educación del aprendiz de yoga. Por una parte, la formación intelectual, entendida como la
preparación en diversas ramas del conocimiento, es una tarea ineludible del yoga. Dicho de otra manera, el estudiante
debe poseer conocimientos amplios acerca de la vida (gñani yoga); resulta necesario conocer sobre salud, alimentación, arte, ciencia. Este saber le permite un manejo adecuado de las situaciones cotidianas a las que se enfrenta y que
se pueden tratar a partir de la ejercitación de las habilidades obtenidas como consecuencia del dominio de la mente.
Por tanto, la mente, alimentada por el intelecto, requiere de educación. Los conocimientos que se aprenden
son necesarios, ellos guían las acciones y permiten la realización de las tareas cotidianas. La mente es vital para
recordar los saberes previos a través de los cuales el ser humano actúa, de ahí que es necesario educarla, porque
de ello depende seguir una senda benéfica o un camino perjudicial en la vida. De no someterla, sin duda ésta en
ocasiones saboteará los planes de cualquiera con ideas negativas y pensamientos oscuros que conducirán a la propia
autodestrucción. Es por eso necesario pensar y hacerlo libre, feliz y positivamente.
El tercer aspecto a considerar como tarea básica del practicante de yoga es el control del área emocional en
la vida. Las emociones son una parte crítica en todos los seres humanos, con la colaboración de la mente, vagar por
las emociones puede resultar un infierno o un paraíso, pues generalmente oscila en esos extremos. Es por eso que el
dominio de la emotividad es una tarea prácticamente obligatoria para el aprendiz de yoga.
Las emociones, tradicionalmente se han convertido en prisioneras de la mente. La mente manda, ellas obe-
decen y estos dos aspectos manejan al ser humano sin limitación alguna. Son el vehículo del dolor. Esto no significa
que éstas o el dolor sean malos, pues cuando aparecen en la experiencia son medios que también conducen al creci90