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“ El ensayo es el juego en la teoría” Walter Benjamin
Han pasado ya algunos siglos desde que Michel de Montaigne( 1533- 1592) empleó por primera vez la palabra“ ensayos” en un intento por describir lo que, en su opinión, caracterizaba la escritura de sus libros. Él lo explicaba así:
Es el juicio instrumento para todos los temas y en todo se mete. Por este motivo, en los ensayos que de él hago aquí, aprovecho toda ocasión. Si es tema del que nada entiendo, por ello mismo lo pruebo, midiendo el vado desde muy lejos; y después, hallándolo demasiado profundo para mi talla, quédome en la orilla; y este reconocer la imposibilidad de atravesarlo, es una muestra de su efectividad, y una incluso de las que más se jacta( Michel de Montaigne, en“ De Demócrito y Heráclito”, en Ensayos, t. 1, Madrid, Cátedra, 2006, pp. 368-369.)
Como expresó Francis Bacon( 1561-1626), contemporáneo de este pensador francés y su fiel lector, la palabra“ ensayos” que Montaigne usó para explicar su modo de proceder en la escritura, si bien era un neologismo para la época, era, sobre todo, un recurso literario que otros autores como Horacio, Quintiliano, Cicerón, Marco Aurelio o San Agustín ya habían utilizado en sus obras desde tiempos remotos, el cual consistía en incorporar juicios y reflexiones íntimas o personales, insertándolas fragmentariamente en sus tratados filosóficos o en sus discursos políticos. De aquí que Bacon no dudara en rebautizar el ensayo como reflexiones dispersas(“ dispersed meditations”) para enfatizar, precisamente, el carácter libre, divagatorio e incluso superficial del ensayista en el tratamiento de temas, y no necesariamente su rasgo expositivo-argumentativo, que hoy parece ser una característica connatural a este género.
Lo cierto es que, de Montaigne a la fecha, muchas cosas han cambiado, y hoy podemos encontrar un sinfín de definiciones sobre lo que es o debe ser un ensayo, algunas incluso opuestas entre sí, en las que, o bien se pone énfasis en el aspecto ligero y lúdico que emplea el ensayista para exponer sus ideas( al estilo de Montaigne o de Bacon), o bien, se subraya como prioritario su aspecto racional, lógico y argumentativo. Veamos algunas de ellas:“ Título de ciertas obras que no pretenden estudiar a fondo una materia”( Diccionario Larrouse Ilustrado).“ Composición literaria constituida por meditaciones del autor sobre un tema más o menos profundo, pero sin sistematización filosófica”( Diccionario del uso del español, María Moliner).“ Escrito en el cual un autor desarrolla sus ideas sin necesidad de
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