Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 95

82 masificación de la Universidad (de 228 alumnos en 1959 pasó a 6,095 en 1980); el crecimiento deterioró los servicios y las remuneraciones, pero permitió el ingreso de jóvenes del interior, hijos de campesinos portadores de las expectativas de movilidad social de sus familias y de sus pueblos. La importancia de la educación como instrumento de progreso y movilidad social, y de la Universidad como institución regional, se manifestó en el hecho de que las dos únicas movilizaciones relevantes de la región tuvieron que ver con ellas: la lucha contra el intento del gobierno en 1966 de recortarle el presupuesto —que dio origen al Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho— y la lucha en Huamanga y Huanta, violentamente reprimida, contra un decreto dado por el gobierno militar en junio de 1969 que intentaba recortar la gratuidad de la ense- ñanza escolar. La Universidad fue un centro que acogió, como en el resto de las universidades del país, las ideas radicales de las décadas del sesenta y setenta. Sin el contrapeso de otras instituciones u otros focos de influencia cultural, ejerció casi un monopo- lio sobre la opinión pública y modeló el sentido común local. Su influencia, como casa de estudios moderna —cuando menos en el discurso—, llegó hasta la Universidad Nacional del Centro del Perú en Huancayo, donde profesores de Huamanga, y luego dirigentes del PCP-SL, fueron invitados en los años setenta a dar charlas a los estudiantes y a los sindicatos. Éste fue el espacio del surgimiento del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso y de su líder Abimael Guzmán Reinoso. Su permanencia en la UNSCI tras su ruptura con el PCP Bandera Roja se dio precisamente en momentos en que la Universidad pasa de tener casi 1,500 estudiantes en 1968 a 3,319 en 1971. La fuerte presencia del PCP-SL en la Facultad de Educación de la UNSCH se amplió hacia los planteles de aplicación Guamán Poma de Ayala, lo que le permitió influir en el SUTE-Huamanga y copar las nuevas plazas de maestros creadas por el pau- latino crecimiento de la cobertura educativa en la región, particularmente en las áreas rurales. Otras regiones de la sierra donde la violencia estuvo presente, aunque no con la intensidad de Ayacucho, también vivieron en los años cincuenta y sesenta pro- cesos de cierta urbanización, sin fuertes entornas de desarrollo económico, así como de modernización de sus universidades. Un ejemplo de ello es la ciudad d Cusco y su universidad, la Universidad Nacional San Antonio Abad. Como en el caso anterior, fueron los sectores rurales y urbanos pobres quienes lograron acceso a la universidad durante este crecimiento, que se desarrolló al mismo ritmo que el deterioro de sus servicios. Asimismo, se intentó realizar en Cusco una difusión de ideas radicales semejante al producido en Ayacucho. Pero, a diferencia de Huamanga, Cusco era una sociedad más compleja y en- contró un enlace con el dinamismo moderno por medio del turismo. Mientras en 1954 se registró la presencia de 6,903 turistas, llegaron a la ciudad 176,000 en 1975. La industria hotelera, la de la restauración y la de la artesanía se ampliaron a ese ritmo. Cusco también fue un caso de urbanización en pobreza y en un entorno regio- nal deprimido. Sin embargo, si bien la queja de dirigentes y autoridades fue que el