Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 84

71 Franco (CRF). En 1988, por primera vez durante la guerra interna, se había regis- trado la acción de un supuesto grupo paramilitar, el Comando Rodrigo Franco, al que se atribuyó el asesinato de Manuel Febres Flores, abogado del dirigente senderista Osmán Morote, capturado poco antes por la DIRCOTE. Diversas fuen- tes vincularon su aparición y sus acciones con el PAP y con miembros de la policía, bajo el control de Agustín Mantilla, la figura más fuerte del Ministerio del Interior durante el quinquenio del gobierno aprista. La CVR considera que el Comando Rodrigo Franco puede haber sido, antes que una organización centralizada, un membrete que diversos actores, no necesariamente articulados entre sí, utilizaron para sus actividades criminales. Por otro lado, la creación del Ministerio de Defensa en 1987 tuvo serios tropie- zos en su funcionamiento y, a pesar de haberse puesto en marcha, no logró ubicar- se por encima del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas ni implicó un re- corte en las atribuciones en materia de defensa nacional con las que contaban los institutos armados. Con la hiperinflación y, en general, el descontrol del manejo macroeconómico, el gobierno perdió la iniciativa política que pasó a manos de la oposición de dere- cha luego del intento de estatización del sistema financiero. Del mismo modo, abandonó sus intentos por controlar la política contrasubversiva, con lo que dejó el terreno libre a las Fuerzas Armadas en las zonas de emergencia. Sin embargo, mantuvo un trabajo especializado de inteligencia e investigación policial, princi- palmente en Lima y otras ciudades, que tuvo logros como la captura ya menciona- da de Osmán Morote. La situación se hizo más difícil al iniciarse un ciclo de huel- gas de diversa índole. La división del frente Izquierda Unida en 1989 cerró el ciclo de la gran presen- cia electoral de la izquierda en el país iniciado en 1978. Esto afectó seriamente a los partidos que la conformaban y dejó sin representación, dentro del sistema democrático, a importantes sectores radicales que no apoyaban a las organizacio- nes armadas; pero que tampoco se sumaban a la política contrasubversiva del gobierno, pues desconfiaban de las Fuerzas Armadas. El ataque a la base policial de Uchiza en marzo de 1989 fue una de las mayores operaciones militares realizadas por el PCP-SL, aun cuando fuese en alianza con narcotraficantes. La falta de una respuesta estatal para apoyar a los policías sitia- dos debilitó todavía más la imagen del gobierno de García y lo obligó a crear un comando político-militar en la zona a cargo del general de brigada Alberto Arciniegas, quien puso en práctica una nueva estrategia del Ejército para aislar al PCP-SL de los campesinos.