Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 40
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Señores chaymi ñuqa munani kachun respeto, kachunyá manchakuy, masque
imayrikulIa kaptiykupas, wakcha pobri kaptiykupas, campesino totalmente
ñuqañaykuchu kaniku, huk real llapas killapi ganaq, mana ni pipas kanikuchu.
Señores, chayta ya justiciyata mañakuykiku. [Señores, por eso yo quiero que haya
respeto. Que haya pues temor de Dios, aunque sólo seamos muy humildes. Aunque
seamos huérfanos y pobres. Campesino puro podemos ser; que ganamos sólo un
real por mes y, aunque no seamos nadie, señores, ésta es la justicia que le pedimos. l2
L A DIMENSIÓN JURÍDICA DE LO OCURRIDO
LA DETERMINACIÓN DE LOS HECHOS
El análisis de la información acopiada por la CVR no solamente permite ilustrar
la manera en que los actores armados se encarnizaron con la población más
desprotegida e históricamente más marginada del país. También ayuda a
comprender y mostrar los alcances de las conductas criminales puestas en práctica
de manera generalizada y sistemática en ciertos períodos y lugares por dichos
actores. La CVR ofrece al país, pues, una visión global de los hechos que hace
posible señalar las consecuencias jurídicas de lo sucedido e identificar las presun-
tas responsabilidades.
En su apreciación jurídica de los hechos, la CVR tomó en cuenta la existencia
de un núcleo inderogable de derechos de la persona humana reconocidos por la
comunidad internacional. Se trata de normas imperativas de Derecho Internacio-
nal general, sean éstas tributarias del Derecho Internacional de Derechos Huma-
nos, del Derecho Internacional Humanitario, o del Derecho Penal Internacional.
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Los dos apellidos más frecuentes entre las personas muertas y desaparecidas registradas en la base de
datos de la CVR son Quispe y Huamán.
CVR. Audiencia pública de casos en Huanta. 11 de abril de 2002. Testimonio de la señora Sabina
Valencia.
Se ha señalado antes, que de acuerdo con los cálculos realizados por la CVR, el
número de víctimas fatales del conflicto armado interno se hallaba alrededor de
las 69 mil personas. Tales magnitudes pueden resultar inverosímiles para un con-
siderable sector de la sociedad peruana. Sin embargo, la verdad que el país necesi-
ta asumir en toda su gravedad es que el Perú rural, andino y selvático, quechua y
asháninka, campesino, pobre y con escasa instrucción formal se desangró durante
años sin que el resto de la Nación se percatara de la verdadera dimensión de la
tragedia de ese «pueblo ajeno dentro del Perú».
Esos son los peruanos que faltan en nuestro país, los más invisibles, pero no
menos reales: los Quispe, Huamán, 11 Mamaní, Taype, Yupanqui, Condori,
Tintimari, Metzoquiari. A pesar de ser y sentirse demasiadas veces ajenos y
excluidos por el resto de peruanos, ellos reclaman ser considerados con respeto
y justicia: