Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 343

330 dir a los ciudadanos de participar de marchas de protesta circulando rumores acerca de la presencia de senderistas infiltrados en ellas. Las movilizaciones de protesta eran presentadas por la televisión adicta al régimen como hechos «terro- ristas» y no como lo que eran, muestras de oposición política al régimen, que no dejaba otros canales de expresión. Durante la campaña electoral del año 2000, el de la tercera postulación de Alberto Fujimori, siguieron produciéndose irregularidades como la utilización del aparato militar desplegado pretextando la contrasubversión. El aparato esta- tal —apoyado todavía en gran medida en los militares en las zonas de emergencia— se había consolidado claramente como el principal medio de presencia electoral del gobierno a lo largo del territorio nacional. Esta vez, sin embargo, el trabajo de varios organismos de observación electoral lograría confirmar y documentar pruebas de irregularidades graves en algunas zonas del país. Uno de los ejemplos más claros de manipulación de información por parte del gobierno en el ámbito de la lucha contrasubversiva fue la captura de Óscar Ramírez Durand, Feliciano, fundador del PCP-SL, miembro de su Comité Central y líder de la facción «Sendero Rojo» desde que Guzmán firmara el acuerdo de paz en 1993. Si bien Fujimori y su entorno habían asegurado en reiteradas oportunidades entre 1993 y 1998 que el terrorismo en el Perú había sido derrotado, para media- dos de 1999 se empezó a difundir información sobre las acciones de las huestes de Feliciano en la zona oriental de la sierra central, otorgándole mayor importan- cia y grado de peligrosidad de la que realmente tenía el PCP-SL para la época. El contexto en el cual se desenvuelven estos hechos nos hace comprender la impor- tancia que tuvo la captura del disminuido Feliciano. En el ámbito interno, fue demasiado evidente la intención propagandística de la realización de la misma, con miras a las elecciones presidenciales del año 2000. Por lo demás, la captura había ocurrido en circunstancias muy distintas de las que se afirmaban en la ver- sión del gobierno. Feliciano fue capturado en un ómnibus interprovincial que era manejado por un suboficial de la policía en servicio civil, llamado Juan Alfonso Salazar, el cual alertó a un grupo de policías y militares de la presencia extraña de sus únicos ocupantes. Los últimos meses del gobierno de Fujimori siguieron la tónica de los años previos. El SIN concentraba su atención y sus recursos en perseguir, espiar y hos- tigar a los opositores del régimen y en manipular a la opinión pública y, con ese mismo propósito, utilizaba el argumento de la amenaza del terrorismo como elemento disuasivo.