Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 18

PREFACIO Beatriz Merino Lucero Defensora del Pueblo L A D EFENSORÍA DEL P UEBLO Y SU COMPROMISO CON LAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA El 28 de agosto del 2003, la Comisión de la Verdad y Reconciliación entregó al país un informe detallado con los resultados de sus investigaciones en torno al proceso de violencia que vivimos entre los años 1980 y 2000. Este Informe Final tuvo una publicación resumida y de amplio tiraje denomi- nada Hatun Willakuy (Gran relato), cuya reedición me permite, en esta oportuni- dad, hacer una breve reflexión sobre el proceso de verdad, justicia y reparación en el país. La historia reciente de nuestra nación, contenida en este valioso documento, nos confronta con la terrible situación de desesperanza y violaciones de derechos humanos que sufrimos durante dos décadas. También nos plantea diversas reco- mendaciones para superar las condiciones que generaron y ahondaron esta vio- lencia e impedir que se repitan en el futuro. La Defensoría del Pueblo —al término del mandato de la Comisión de la Ver- dad y Reconciliación— asumió el compromiso institucional de contribuir con la atención adecuada a las víctimas de la violencia, orientando sus esfuerzos para alcanzar una sincera reconciliación entre los peruanos. Durante estos últimos cinco años, hemos presentado diversos informes de seguimiento a la implementación de las principales recomendaciones de la CVR, señalando los avances, las dificultades y las tareas pendientes en los ámbitos de la justicia y la reparación. Éstas deben abrirse paso por encima de la venganza, la impunidad y el olvido. La atención a las secuelas de la violencia constituye la más delicada y necesa- ria tarea del Estado peruano para construir una verdadera nación democrática y respetuosa de los derechos humanos. Es una obligación fundamental del Estado atender de manera oportuna y efecti- va el terrible daño que la violencia produjo en miles de peruanos y peruanas. Reparar a las víctimas será la mejor garantía de que no se repetirán los graves hechos del pasado que violentaron nuestros principios y la conciencia de una sociedad moderna.