Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 174
Toma de posición:
Los miembros del I Congreso del Partido Comunista del Perú asumen la toma
de posición:
Ante el marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento Gonzalo, ante el Congreso,
por los documentos fundamentales del Partido y asumiendo el compromiso
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sión, pues lo que él dice es irrebatible. Convertido su pensamiento en dogma parti-
dario, sólo queda permitido repetir lo que el así llamado «presidente Gonzalo» dice.
El PCP-SL culminó en el Congreso de 1988 un largo proceso de generación de
un liderazgo omnímodo basado en una dictadura interna. En adelante los dirigen-
tes se seleccionarían y el «presidente Gonzalo» sería el único con potestad para
hacer esta selección, independientemente de cualquier formalidad.
En la primera sesión del Congreso y luego de recibir los informes de todos
los comités y las bases, quedó definida la jefatura. Ésta trascendía las estructuras
del partido, pues Guzmán se consideraba, además de jefe, portador de un pen-
samiento que es la concreción de todas las prácticas que los millones de comu-
nistas hicieron en el mundo y que revela las leyes que rigen el desarrollo de la
naturaleza, de la sociedad y del pensamiento de todos los demás. Gonzalo es el
líder absoluto del PCP-SL y, veladamente, se postula como referente para los
verdaderos comunistas del mundo, que se habían quedado sin liderazgo des-
pués de la muerte de Mao.
Algunos mandos de provincia presentes en el Congreso señalaron que, con la
propuesta de Guzmán, se negaba a Mariategui, al pretender ponerse por encima
de él, de la misma forma que Mao quedaba relegado. El Congreso fue escenario
de un debate fundamental en el cual quienes se atrevieron a oponerse a la pro-
puesta de Guzmán, que venía camuflada como iniciativa del Buró Político, se les
exigió una autocrítica según el «método del acuchillamiento»; esto es, la crítica
feroz para que ellos mismos «reconozcan» que había sido un error cuestionar la
canonización del «pensamiento Gonzalo».
Por lo demás, los otros puntos significativos aprobados en el Congreso indican
un alejamiento cada vez mayor de la realidad. Si la realidad hubiera sido tenida en
cuenta, Guzmán habría tenido que reconocer dos obligaciones: primero, la obliga-
ción de irse al campo, pues «es la dirección la que tiene que conducir la guerra», y
ésta se estaba dando en el campo (baste recordar a Mao en Yenan); segundo, el
deber de presentar un programa que permitiera una alianza de fuerzas suficiente
como para gobernar el país una vez capturado el poder.
Es cierto que en el I Congreso del PCP-SL se aprobó un programa. Pero éste fue
absolutamente general y repetitivo de propuestas anteriores: «luchar contra la gran
burguesía», «destruir total y cabalmente las Fuerzas Armadas del enemigo», des-
truir el Estado terrateniente burocrático». Asimismo, el acuerdo final de lograr el
«equilibrio estratégico» quedó como el lanzamiento de una mera ofensiva militar,
con fuerzas escasas y sin horizonte.
Luego del I Congreso se añadió a la denominación oficial de «Partido Comu-
nista del Perú, marxista-leninista-maoísta, pensamiento Gonzalo» la precisión
de principalmente pensamiento Gonzalo»