Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 109
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el fin de crear una situación de zozobra y de crisis extrema del Estado político
peruano, ya debilitado por el proceso de hiperinflación desencadenado a finales
de los años 80. La ofensiva senderista en Lima llegó a su clímax en 1992 con una
importante ola de atentados; pero también culminó con la caída de sus principales
líderes.
En 1993, profundamente debilitados, los últimos remanentes del PCP-SL que-
daron focalizados en espacios bastante delimitados, pero no por ello menos com-
plejos. El escenario principal del conflicto en esta última etapa fue la región
nororiental. Entre 1993 y 1994, los efectos de la «ley de arrepentimiento» junto
con operativos de «limpieza» realizados por las Fuerzas Armadas en la margen
izquierda del río Huallaga, en la zona conocida como Venenillo (donde además de
registrarse varios enfrentamientos, existen indicios de que se cometieron ejecucio-
nes arbitrarias) provocaron un mayor debilitamiento de las fuerzas senderistas en
la región.
Luego de la capitulación de Abimael Guzmán en 1993, las facciones del PCP-SL
que estaban a favor de continuar la lucha armada continuaron manteniendo
«bases de apoyo» en zonas aisladas del Huallaga, la selva Central (provincia de
Satipo) y el valle del río Apurímac al norte de Ayacucho. Esporádicamente
realizaron operaciones de propaganda y acciones armadas a una escala muy
reducida. Estas zonas de refugio aisladas constituyen espacios propicios para
una resistencia prolongada; pero, al mismo tiempo, plantearon serias dificultades
para coordinar una estrategia de alcance nacional y acciones de mayor
envergadura.
En la actualidad, los grupos que propugnan la subversión armada están muy
debilitados y no parecen constituir, salvo en zonas muy localizadas, una amenaza
seria a la estabilidad del Estado peruano. Por otro lado, el gran costo en vidas
humanas que significó el conflicto en las zonas donde éste se vivió con mayor
intensidad, ha provocado que las propuestas de transformación social por medio
de la violencia pierdan gran parte del atractivo que en algún momento pudieron
tener entre ciertos sectores de la sociedad. Sin embargo, todavía continúan vigentes
en nuestro país muchos de los conflictos regionales y locales relacionados con procesos
de modernización y de integración nacional y social inacabados, truncos o limitados,
que fueron manipulados y aprovechados por las organizaciones subversivas para
justificar la imposición de un cambio social y de un proyecto político totalitario a
miles de nuestros compatriotas.