Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 106

93 los enfrentamientos entre comunidades socias, directivos de las empresas y el gobierno central, primero en Puno (con poco éxito) y luego en Junín. En la selva central, el PCP-SL por el sur (valle del Ene) y el MRTA por el norte (la zona de Oxapampa), trataron de controlar nuevos espacios y zonas de refugio marcadas por las tensiones entre colonos y nativos. En la región nororiental, el MRTA buscó vincularse con los reclamos de los agricultores de San Martín, mientras que el PCP-SL intentó controlar las zonas cocaleras del Alto Huallaga con el fin de erigir- se en intermediario entre los campesinos cocaleros y los narcotraficantes para re- emplazar al Estado en algunas funciones de control del orden social. El final de la década de 1980 dio inicio a un período de crisis extrema. Entre 1989 y 1992 se experimentó un nuevo pico de violencia. Con excepción de la re- gión sur central, en el resto de regiones esté fue el momento en el que se registró la mayor cantidad de víctimas reportadas a la CVR. Por otro lado, 1989 fue el año en el que más distritos fueron afectados por la violencia. Los principales escenarios del conflicto en este período fueron la región central, el nororiente y la ciudad de Lima. Como ha sido previamente indicado, este período también marcó un cam- bio en la estrategia contrasubversiva del Estado, la cual pasó a ser más focalizada y selectiva, y se orientó a ganar el apoyo de la población en las regiones donde se manifestó la presencia subversiva. En la región central, la intensidad del conflicto durante esta etapa está relacio- nada con tres dinámicas diferentes. Por un lado, hacia 1989 culminó un proceso de ofensiva senderista en contra de las SAIS de las cuencas del Alto Cunas y del Canipaco, en las zonas altas de las provincias de Concepción y Huancayo, respec- tivamente. El resultado fue la destrucción de estas empresas, llevada a cabo con la participación de las comunidades menos favorecidas por el esquema asociativo impuesto por la Reforma Agraria. Se inició entonces en la región un breve período de hegemonía senderista que duró unos cuantos meses y que fue duramente com- batido por las fuerzas del orden y por las rondas campesinas recientemente orga- nizadas. En segundo lugar, en la ciudad de Huancayo, el PCP-SL logró imponerse como la principal fuerza hegemónica en su lucha contra el MRTA y las demás organiza- ciones políticas (fundamentalmente de izquierda) por el control de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP). Ello fue acompañado por una ola de asesi- natos y atentados terroristas en la ciudad y las zonas aledañas. Frente a esta situa- ción, entre 1991 y 1992, las fuerzas del orden iniciaron una vasta campaña de re- presión selectiva, que se expresó en la desaparición y ejecución arbitraria de dece- nas de estudiantes y trabajadores de la UNCP sospechosos de estar vinculados con las agrupaciones subversivas. El tercer proceso en la región central tuvo que ver con la presencia de las orga- nizaciones subversivas en la selva central y su intento de ejercer su control en las comunidades nativas (esencialmente asháninkas) y en las poblaciones de colonos. Entre 1989 y 1990 tuvo lugar una confrontación directa entre el MRTA y el pueblo asháninka. A mediados de la década del 60, la zona de Oxapampa había sido escenario de una experiencia guerrillera inspirada en la revolución cubana y en la que participaron miembros del entonces Movimiento de Izquierda Revolu-