Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 103

90 y la práctica del PCP-SL. La débil presencia del Estado, representada en los dis- persos puestos policiales —insuficientes para combatir los robos y el abigeato— y los cargos de autoridad —jueces de paz, tenientes gobernadores—, fue rápida- mente eliminada por la subversión con hostigamiento, amenazas y asesinatos. En el vacío de poder fácilmente generado, se instauró el «nuevo poder». En muchos lugares se repitió este esquema: en Pasco, desde los primeros años; en el Tulumayo, más tarde; en las provincias altas de Cusco y Apurímac. Así pues, el circuito educativo como promoción y diferenciación social, el abuso de poder local y el abigeato como legitimación abrieron estos espacios a la subversión en la segunda mitad de la década del 80. Diversas situaciones de conflicto y descontento fueron la puerta de entrada del PCP-SL. Por un lado, antiguos conflictos entre anexos y capitales de distrito, que monopolizaban el poder local y eran sedes de pobladores con más recursos, susci- taron ataques y asesinatos (juicios populares) que tuvieron la adhesión de los más pobres. En otros casos, la poca aceptación de los comuneros del discurso y la práctica del «nuevo poder» senderista llevó a un conflicto más bien generacional de enorme violencia: el de jóvenes con mayor educación, pero aún sin acceso a recursos, radicalizados por la prédica del PCP-SL, contra los adultos (sus padres) tildados de «reaccionarios». El «nuevo poder» senderista en el campo fue respondido por una implacable labor contrasubversiva indiscriminada. Esto sucedió en particular cuando, en 1983, las Fuerzas Armadas se hicieron cargo de la lucha contrasubversiva y buscaron destruir las «bases de apoyo» y los «comités populares» organizados por el PCP-SL. Sin embargo, desde antes, la población campesina que vivía en las zonas controladas por esta organización subversiva, mostraba signos de resistencia al proyecto totalitario y autárquico que se le quería imponer a sangre y fuego. Cuando el Estado cambió su táctica de represión indiscriminada por una estrategia más selectiva y orientada a conquistar el apoyo de la población local, se fueron constituyendo los comités de autodefensa que terminaron por eliminar, en alianza con las fuerzas del orden, la presencia del PCP-SL en el campo andino y lo obligaron a desplazarse hacia las ciudades y hacia la selva. E L DESPLIEGUE DE LA VIOLENCIA EN LAS REGIONES El conflicto armado interno no se desplegó en todas las regiones al mismo tiempo. Su expansión a diversas zonas del país guarda relación con la iniciativa de las organizaciones subversivas y sus intentos de insertarse en los diferentes conflictos sociales regionales para convertirlos en una confrontación con el Estado y sus re- presentantes.