Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 134
En julio de 1982 se vivió la mayor ofensiva senderista desde el inicio de la lucha
armada: 34 acciones terroristas y cinco incursiones masivas en pequeños pobla-
dos, ataques a municipalidades en Ayacucho y el asesinato del alcalde y de un
comerciante de Hualla, en Víctor Fajardo, a los que se acusó de «soplones». El 22
de agosto fue atacado el puesto de la GC en Vilcashuamán y, tras cinco horas de
enfrentamientos, el saldo fue de siete policías muertos. El 2 de septiembre murió
Edith Lagos en Umacca, departamento de Apurímac, en un enfrentamiento con la
Guardia Republicana. El obispo auxiliar de Ayacucho realizó una misa de cuerpo
presente y acudieron al sepelio alrededor de diez mil personas. Durante los años
siguientes, la senderista, muerta a los 19 años de edad se convirtió en una suerte
de ícono en la región del sur central del país.
La creciente sensación de desgobierno suscitada por el asesinato de funciona-
rios públicos y los continuos asaltos a puestos policiales en Ayacucho, precipita-
ron la decisión del ingreso de las Fuerzas Armadas en la lucha contrasubversiva.
El 27 de diciembre 1982, el ex presidente Fernando Belaunde dio un ultimátum de
72 horas «para que los terroristas entreguen las armas» antes de que las Fuerzas
Armadas tomaran el control de la zona de emergencia. De esta forma, el general
Roberto Clemente Noel Moral fue nombrado jefe del comando político-militar de
la zona de emergencia y, el 31 de diciembre, dos mil miembros de las Fuerzas
Armadas tomaron posesión de las provincias en emergencia. Las provincias de
Huanta y La Mar fueron asignadas a la Infantería de Marina bajo la dirección del
comandante Vega Llona. Comenzaba la etapa más cruenta del conflicto armado
interno en la sierra del sur central.
El PCP-SL entre 1983 y 1985
Los dos primeros planes militares del PCP-SL —Plan de Inicio de la Lucha Armada
y Plan de Desplegar la Guerra de Guerrillas— transcurrieron, en conjunto, desde
mayo de 1980 hasta enero de 1983. En dos años, el PCP-SL se había instalado
sólidamente en las zonas rurales de Ayacucho, contando para ello con su carácter
radicalmente autárquico pero, sobre todo, con la aceptación o la neutralidad de
sectores sociales significativos, especialmente campesinos, persuadidos por el dis-
curso de justicia e inclusión propuesto por los subversivos, sin imaginar los estra-
gos que la violencia iba a producir en sus vidas en los años siguientes.
La Infantería de Marina tomó a su cargo el control de la provincia de Huanta
el 21 de enero 1983. Una de las primeras medidas que la Marina de Guerra aplicó en
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«En Batir —señala un documento senderista— la clave es arrasar. Y arrasar es no dejar nada»
(PCP-SL 1982).
CVR. Testimonio de una comunera de Sacsamarca de 45 años.
[ ... ] eso también era obligatorio [asistir a la repartición] si nadie iba a recoger
carne, ya era marcado. Entonces de miedo íbamos mujeres y varones, también los
hijos, todos recibían pero era según, por ejemplo el que tenía menos oveja le daban
dos kilos de carne, ya sabían todo eso ellos, a los otros un kilo, medio kilo. 13
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En la zona de Huancasancos, el comisario de producción dirigía los arrasa-
mientos 12 y distribuía los bienes y animales saqueados, que era obligatorio recibir: