HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 91
siquiera nos escucha a los prefectos. Ya llegamos.
Al final del pasillo colgaba un retrato de una mujer muy gorda, con un
vestido de seda rosa.
—¿Santo y seña? —preguntó.
—Caput draconis —dijo Percy, y el retrato se balanceó hacia delante y dejó
ver un agujero redondo en la pared. Todos se amontonaron para pasar (Neville
necesitó ayuda) y se encontraron en la sala común de Gryffindor; una
habitación redonda y acogedora, llena de cómodos sillones.
Percy condujo a las niñas a través de una puerta, hacia sus dormitorios, y
a los niños por otra puerta. Al final de una escalera de caracol (era evidente
que estaban en una de las torres) encontraron, por fin, sus camas, cinco camas
con cuatro postes cada una y cortinas de terciopelo rojo oscuro. Sus baúles ya
estaban allí. Demasiado cansados para conversar, se pusieron sus pijamas y
se metieron en la cama.
—Una comida increíble, ¿no? —murmuró Ron a Harry, a través de las
cortinas—. ¡Fuera, Scabbers! Te estás comiendo mis sábanas.
Harry estaba a punto de preguntar a Ron si le quedaba alguna tarta de
melaza, pero se quedó dormido de inmediato.
Tal vez Harry había comido demasiado, porque tuvo un sueño muy
extraño. Tenía puesto el turbante del profesor Quirrell, que le hablaba y le
decía que debía pasarse a Slytherin de inmediato, porque ése era su destino.
Harry contestó al turbante que no quería estar en Slytherin y el turbante se
volvi6 cada vez más pesado. Harry intentó quitárselo, pero le apretaba
dolorosamente, y entonces apareció Malfoy, que se burló de él mientras
luchaba para quitarse el turbante. Luego Malfoy se convirtió en el profesor de
nariz ganchuda, Snape, cuya risa se volvía cada vez más fuerte y fría... Se
produjo un estallido de luz verde y Harry se despertó, temblando y empapado
en sudor.
Se dio la vuelta y se volvió a dormir. Al día siguiente, cuando se despertó,
no recordaba nada de aquel sueño.
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El profesor de pociones
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