HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 54

fastidiar a mi padre hasta que me compre una y la meteré de contrabando de alguna manera. Harry recordaba a Dudley —¿Tú tienes escoba propia? —continuó el muchacho. —No —dijo Harry. —¿Juegas al menos al quidditch? —No —dijo de nuevo Harry, preguntándose qué diablos sería el quidditch. —Yo sí. Papá dice que sería un crimen que no me eligieran para jugar por mi casa, y la verdad es que estoy de acuerdo. ¿Ya sabes en qué casa vas a estar? —No —dijo Harry, sintiéndose cada vez más tonto. —Bueno, nadie lo sabrá realmente hasta que lleguemos allí, pero yo sé que seré de Slytherin, porque toda mi familia fue de allí. ¿Te imaginas estar en Hufflepuff? Yo creo que me iría, ¿no te parece? —Mmm —contestó Harry, deseando poder decir algo más interesante. —¡Oye, mira a ese hombre! —dijo súbitamente el chico, señalando hacia la vidriera de delante. Hagrid estaba allí, sonriendo a Harry y señalando dos grandes helados, para que viera por qué no entraba. —Ése es Hagrid —dijo Harry, contento de saber algo que el otro no sabía—. Trabaja en Hogwarts. —Oh —dijo el muchacho—, he oído hablar de él. Es una especie de sirviente, ¿no? —Es el guardabosques —dijo Harry. Cada vez le gustaba menos aquel chico. —Sí, claro. He oído decir que es una especie de salvaje, que vive en una cabaña en los terrenos del colegio y que de vez en cuando se emborracha. Trata de hacer magia y termina prendiendo fuego a su cama. —Yo creo que es estupendo —dijo Harry con frialdad. —¿Eso crees? —preguntó el chico en tono burlón—. ¿Por qué está aquí contigo? ¿Dónde están tus padres? —Están muertos —respondió en pocas palabras. No tenía ganas de hablar de ese tema con él. —Oh, lo siento —dijo el otro, aunque no pareció que le importara—. Pero eran de nuestra clase, ¿no? 54