HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 161

—Ajá... No seguiréis con eso todavía, ¿no? Mirad, Snape ayudó a proteger la Piedra, no quiere robarla. Harry sabía que Ron y Hermione estaban pensando lo mismo que él. Si Snape había formado parte de la protección de la Piedra, le resultaría fácil descubrir cómo la protegían los otros profesores. Es probable que supiera todos los encantamientos, salvo el de Quirrell, y cómo pasar ante Fluffy. —Tu eres el único que sabe cómo pasar ante Fluffy, ¿no, Hagrid? — preguntó Harry con ansiedad—. Y no se lo dirás a nadie, ¿no es cierto? ¿Ni siquiera a un profesor? —Ni un alma lo sabe, salvo Dumbledore y yo —dijo Hagrid con orgullo. —Bueno, eso es algo —murmuró Harry ¿podríamos abrir una ventana? Me estoy asando. a los demás—. Hagrid, —No puedo, Harry, lo siento —respondió Hagrid. Harry notó que miraba de reojo hacia el fuego. Harry también miró. —Hagrid... ¿Qué es eso? Pero ya sabía lo que era. En el centro de la chimenea, debajo de la cazuela, había un enorme huevo negro. —Ah —dijo Hagrid, tirándose con nerviosismo de la barba—. Eso... eh... —¿Dónde lo has conseguido, Hagrid? —preguntó Ron, agachándose ante la chimenea para ver de cerca el huevo— Debe de haberte costado una fortuna. —Lo gané —explicó Hagrid—. La otra noche. Estaba en la aldea, tomando unas copas y me puse a jugar a las cartas con un desconocido. Creo que se alegró mucho de librarse de él, si he de ser sincero. —Pero ¿qué vas a hacer cuando salga del cascarón? —preguntó Hermione. —Bueno, estuve leyendo un poco —dijo Hagrid, sacando un gran libro de debajo de su almohada—. Lo conseguí en la biblioteca: Crianza de dragones para placer y provecho. Está un poco anticuado, por supuesto, pero sale todo. Mantener el huevo en el fuego, porque las madres respiran fuego sobre ellos y, cuando salen del cascarón, alimentarlos con brandy mezclado con sangre de pollo, cada media hora. Y mirad, dice cómo reconocer los diferentes huevos. El que tengo es un ridgeback noruego. Y son muy raros. Parecía muy satisfecho de sí mismo, pero Hermione no. —Hagrid, tú vives en una casa de madera —dijo. Pero Hagrid no alimentaba el fuego. la escuchaba. Canturreaba alegremente mientras 161