HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 144
estaba realmente allí, debía de poder tocarla, sus reflejos estaban tan cerca...
Pero sólo sintió aire: ella y los otros existían sólo en el espejo.
Era una mujer muy guapa. Tenía el cabello rojo oscuro y sus ojos... «Sus
ojos son como los míos», pensó Harry, acercándose un poco más al espejo.
Verde brillante, exactamente la misma forma, pero entonces notó que ella
estaba llorando, sonriendo y llorando al mismo tiempo. El hombre alto, delgado
y de pelo negro que estaba al lado de ella le pasó el brazo por los hombros.
Llevaba gafas y el pelo muy desordenado. Y se le ponía tieso en la nuca, igual
que a Harry.
Harry estaba tan cerca del espejo que su nariz casi tocaba su reflejo.
—¿Mamá? —susurró—. ¿Papá?
Entonces lo miraron, sonriendo. Y lentamente, Harry fue observando los
rostros de las otras personas, y vio otro par de ojos verdes como los suyos,
otras narices como la suya, incluso un hombre pequeño que parecía tener las
mismas rodillas nudosas de Harry. Estaba mirando a su familia por primera vez
en su vida.
Los Potter sonrieron y agitaron las manos, y Harry permaneció mirándolos
anhelante, con las manos apretadas contra el espejo, como si esperara poder
pasar al otro lado y alcanzarlos. En su interior sentía un poderoso dolor, mitad
alegría y mitad tristeza terrible.
No supo cuánto tiempo estuvo allí. Los reflejos no se desvanecían y Harry
miraba y miraba, hasta que un ruido lejano lo hizo volver a la realidad. No podía
quedarse allí, tenía que encontrar el camino hacia el dormitorio. Apartó los ojos
de los de su madre y susurró: «Volveré». Salió apresuradamente de la
habitación.
—Podías haberme despertado —dijo malhumorado Ron.
—Puedes venir esta noche. Yo voy a volver; quiero enseñarte el espejo.
—Me gustaría ver a tu madre y a tu padre —dijo Ron con interés.
—Y yo quiero ver a toda tu familia, todos los Weasley. Podrás enseñarme
a tus otros hermanos y a todos.
—Puedes verlos cuando quieras —dijo Ron—. Ven a mi casa este verano.
De todos m odos, a lo mejor sólo muestra gente muerta. Pero qué lástima que
no encontraste a Flamel. ¿No quieres tocino o alguna otra cosa? ¿Por qué no
comes nada?
Harry no podía comer. Había visto a sus padres y los vería otra vez aquella
noche. Casi se había olvidado de Flamel. Ya no le parecía tan importante. ¿A
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