HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 134
matar a un alumno! Ahora, escuchadme los tres, os estáis metiendo en cosas
que no os conciernen y eso es peligroso. Olvidaos de ese perro y olvidad lo
que está vigilando. En eso sólo tienen un papel el profesor Dumbledore y
Nicolás Flamel...
—¡Ah! —dijo Harry—. Entonces hay alguien llamado Nicolás Flamel que
está involucrado en esto, ¿no?
Hagrid pareció enfurecerse consigo mismo.
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El espejo de Oesed
Se acercaba la Navidad. Una mañana de mediados de diciembre Hogwarts se
descubrió cubierto por dos metros de nieve. El lago estaba sólidamente
congelado y los gemelos Weasley fueron castigados por hechizar varias bolas
de nieve para que siguieran a Quirrell y lo golpearan en la parte de atrás de su
turbante. Las pocas lechuzas que habían podido llegar a través del cielo
tormentoso para dejar el correo tuvieron que quedar al cuidado de Hagrid hasta
recuperarse, antes de volar otra vez.
Todos estaban impacientes de que empezaran las vacaciones. Mientras
que la sala común de Gryffindor y el Gran Comedor tenían las chimeneas
encendidas, los pasillos, llenos de corrientes de aire, se habían vuelto helados,
y un viento cruel golpeaba las ventanas de las aulas. Lo peor de todo eran las
clases del profesor Snape, abajo en las mazmorras, en donde la respiración
subía como niebla y los hacía mantenerse lo más cerca posible de sus calderos
calientes.
—Me da mucha lástima —dijo Draco Malfoy, en una de las clases de
Pociones— toda esa gente que tendrá que quedarse a pasar la Navidad en
Hogwarts, porque no los quieren en sus casas.
Mientras hablaba, miraba en dirección a Harry. Crabbe y Goyle lanzaron
risitas burlonas. Harry, que estaba pesando polvo de espinas de pez león, no
les hizo caso. Después del partido de quidditch, Malfoy se había vuelto más
desagradable que nunca. Disgustado por la derrota de Slytherin, había tratado
de hacer que todos se rieran diciendo que un sapo conuna gran boca podía
reemplazar a Harry como buscador. Pero entonces se dio cuenta de que nadie
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