HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 131
Pero Hagrid estaba de parte de Dean.
—Deberían cambiar las reglas. Flint ha podido derribar a Harry en el aire.
A Lee Jordan le costaba ser imparcial.
—Entonces... después de esta obvia y desagradable trampa...
—¡Jordan! —lo regañó la profesora McGonagall.
—Quiero decir, después de esta evidente y asquerosa falta...
—¡Jordan, no digas que no te aviso...!
—Muy bien, muy bien. Flint casi mata al buscador de Gryffindor, cosa que
le podría suceder a cualquiera, estoy seguro, así que penalti para Gryffindor; la
coge Spinnet, que tira, no sucede nada, y continúa el juego, Gryffindor todavía
en posesión de la pelota.
Cuando Harry esquivó otra bludger, que pasó peligrosamente cerca de su
cabeza, ocurrió. Su escoba dio una súbita y aterradora sacudida. Durante un
segundo pensó que iba a caer. Se aferró con fuerza a la escoba con ambas
manos y con las rodillas. Nunca había experimentado nada semejante.
Sucedió de nuevo. Era como si la escoba intentara derribarlo. Pero las
Nimbus 2.000 no decidían súbitamente tirar a sus jinetes. Harry trató de
dirigirse hacia los postes de Gryffindor para decirle a Wood que pidiera una
suspensión del partido, y entonces se dio cuenta de que su escoba estaba
completamente fuera de control. No podía dar la vuelta. No podía dirigirla de
ninguna manera. Iba en zigzag por el aire y, de vez en cuando, daba violentas
sacudidas que casi lo hacían caer.
Lee seguía comentando el partido.
—Slytherin en posesión... Flint con la quaffle... la pasa a Spinnet, que la
pasa a Bell... una bludger le da con fuerza en la cara, espero que le rompa la
nariz (era una broma, profesora), Slytherin anota un tanto, oh, no...
Los de Slytherin vitoreaban. Nadie parecía haberse dado cuenta de la
conducta extraña de la escoba de Harry Lo llevaba cada vez más alto, lejos del
juego, sacudiéndose y retorciéndose.
—No sé qué está haciendo Harry —murmuró Hagrid. Miró con los
binoculares—. Si no lo conociera bien, diría que ha perdido el control de su
escoba... pero no puede ser...
De pronto, la gente comenzó a señalar hacia Harry por encima de las
gradas. Su escoba había comenzado a dar vueltas y él apenas podía sujetarse.
Entonces la multitud jadeó. La escoba de Harry dio un salto feroz y Harry
quedó colgando, sujeto sólo con una mano.
—¿Le sucedió algo cuando Flint le cerró el paso? —susurró Seamus.
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