HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 126
tres chicos se apiñaron para tapar el fuego, ya que no estaban seguros de que
aquello estuviera permitido. Por desgracia, algo en sus rostros culpables hizo
detener a Snape. Se dio la vuelta, arrastrando la pierna. No había visto el
fuego, pero parecía buscar una razón para regañarlos.
—¿Qué tienes ahí, Potter?
Era el libro sobre quidditch. Harry se lo enseñó.
—Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio —dijo
Snape—. Dámelo. Cinco puntos menos para Gryffindor.
—Seguro que se ha inventado esa regla —murmuró Harry con furia,
mientras Snape se alejaba cojeando—. Me pregunto qué le pasa en la pierna.
—No sé, pero espero que le duela mucho —dijo Ron con amargura.
En la sala común de Gryffindor había mucho ruido aquella noche. Harry, Ron y
Hermione estaban sentados juntos, cerca de la ventana. Hermione estaba
repasando los deberes de Harry y Ron sobre Encantamientos. Nunca los
dejaba copiar («¿cómo vais a aprender?»), pero si le pedían que revisara los
trabajos les explicaba las respuestas correctas.
Harry se sentía inquieto. Quería recuperar su libro sobre quidditch, para
mantener la mente ocupada y no estar nervioso por el partido del día siguiente.
¿Por qué iba a temer a Snape? Se puso de pie y dijo a Ron y Hermione que le
preguntaría a Snape si podía devolverle el libro.
—Yo no lo haría —dijeron al mismo tiempo, pero Harry pensaba que
Snape no se iba a negar, si había otros profesores presentes.
Bajó a la sala de profesores y llamó. No hubo respuesta. Llamó otra vez.
Nada.
¿Tal vez Snape había dejado el libro allí? Valía la pena intentarlo. Empujó
un poco la puerta, miró antes de entrar... y sus ojos captaron una escena
horrible.
Snape y Filch estaban allí, solos. Snape tenía la túnica levantada por
encima de las rodillas. Una de sus piernas estaba magullada y llena de sangre.
Filch le estaba alcanzando unas vendas.
—Esa cosa maldita... —decía Snape—. ¿Cómo puede uno vigilar a tres
cabezas al mismo tiempo?
Harry intentó cerrar la puerta sin hacer ruido, pero...
—¡POTTER!
126