HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 120

Mil murciélagos aleteaban desde las paredes y el techo, mientras que otro millar más pasaba entre las mesas, como nubes negras, haciendo temblar las velas de las calabazas. El festín apareció de pronto en los platos dorados, como había ocurrido en el banquete de principio de año. Harry se estaba sirviendo una patata con su piel, cuando el profesor Quirrell llegó rápidamente al comedor; con el tur bante torcido y cara de terror. Todos lo contemplaron mientras se acercaba al profesor Dumbledore, se apoyaba sobre la mesa y jadeaba: —Un trol... en las mazmorras... Pensé que debía saberlo. Y se desplomó en el suelo. Se produjo un tumulto. Para que se hiciera el silencio, el profesor Dumbledore tuvo que hacer salir varios fuegos artificiales de su varita. —Prefectos —exclamó—, conducid a vuestros grupos a los dormitorios, de inmediato. Percy estaba en su elemento. —¡Seguidme! ¡Los de primer año, manteneos juntos! ¡No necesitáis temer al trol si seguís mis órdenes! Ahora, venid conmigo. Haced sitio, tienen que pasar los de primer año. ¡Perdón, soy un prefecto! —¿Cómo ha podido entrar aquí un trol? —preguntó Harry, mientras subían por la escalera. —No tengo ni idea, parece ser que son realmente estúpidos —dijo Ron—. Tal vez Peeves lo dejó entrar; como broma de Halloween. Pasaron entre varios grupos de alumnos que corrían en distintas direcciones. Mientras se abrían camino entre un tumulto de confundidos Hufflepuffs, Harry súbitamente se aferró al brazo de Ron. —¡Acabo de acordarme... Hermione! —¿Qué pasa con ella? —No sabe nada del trol. Ron se mordió el labio. —Oh, bueno —dijo enfadado—. Pero que Percy no nos vea. Se agacharon y se mezclaron con los Hufflepuffs que iban hacia el otro lado, se deslizaron por un pasillo desierto y corrieron hacia el cuarto de baño de las niñas. Acababan de doblar una esquina cuando oyeron pasos rápidos a sus espaldas. —¡Percy! —susurró Ron, empujando a Harry detrás de un gran buitre de 120