HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 114
con el perro de tres cabezas había sido una excelente aventura, y ya estaban
preparados para tener otra. Mientras tanto, Harry le habló a Ron del paquete
que había sido llevado de Gringotts a Hogwarts, y pasaron largo rato
preguntándose qué podía ser aquello para necesitar una protección así.
—Es algo muy valioso, o muy peligroso —dijo Ron.
—O las dos cosas —opinó Harry
Pero como lo único que sabían con seguridad del misterioso objeto era que
tenía unos cinco centímetros de largo, no tenían muchas posibilidades de
adivinarlo sin otras pistas.
Ni Neville ni Hermione demostraron el menor interés en lo que había
debajo del perro y la trampilla. Lo único que le importaba a Neville era no volver
a acercarse nunca más al animal.
Hermione se negaba a hablar con Harry y Ron, pero como era una
sabihonda mandona, los chicos lo consideraron como un premio. Lo que
realmente deseaban en aquel momento era poder vengarse de Malfoy y, para
su gran satisfacción, la posibilidad llegó una semana más tarde, por correo.
Mientras las lechuzas volaban por el Gran Comedor, como de costumbre,
la atención de todos se fijó de inmediato en un paquete largo y delgado, que
llevaban seis lechuzas blancas. Harry estaba tan interesado como los demás
en ver qué contenía, y se sorprendió mucho cuando las lechuzas bajaron y
dejaron el paquete frente a él, tirando al suelo su tocino. Se estaban alejando,
cuando otra lechuza dejó caer una carta sobre el paquete.
Harry abrió el sobre para leer primero la carta y fue una suerte, porque
decía:
NO ABRAS EL PAQUETE EN LA MESA Contiene tu nueva Nimbus
2.000, pero no quiero que todos sepan que te han comprado una
escoba, porque también querrán una. Oliver Wood te esperará esta
noche en el campo de quidditch a las siete, para tu primera sesión de
entrenamiento.
Profesora McGonagall
Harry tuvo dificultades para ocultar su alegría, mientras le alcanzaba la
nota a Ron.
—¡Una Nimbus 2.000! —gimió Ron con envidia—. Yo nunca he tocado
ninguna.
Salieron rápidamente del comedor para abrir el paquete en privado, antes
de la primera clase, pero a mitad de camino se encontraron con Crabbe y
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