Alergias al Sol
La alergia al sol o fotodermatosis es un grupo de alteraciones de la piel cada vez más frecuente entre la población, sobre todo durante los meses de verano, cuando la exposición es mayor. Se produce por una reacción anómala de la piel ante la radiación ultravioleta UVB y UVA, la luz visible y la radiación infrarroja, dando lugar a lesiones cutáneas de distinta clínica.
Podemos encontrar varia, pero las más comunes son:
Erupción polimorfa solar
Es la más frecuente. Provocada por la radiación UVB y UVA, surge repentinamente tras las primeras horas de exposición al sol en primavera y verano en zonas que habitualmente no están expuestas como el escote, los hombros, los brazos o las piernas. Las áreas expuestas al sol durante todo el año, como las manos y la cara, no suelen verse afectadas. Es más habitual en mujeres jóvenes y produce unas lesiones granulosas antiestéticas, rojizas y que pican.
Urticaria solar
A diferencia de la erupción polimorfa lumínica, la urticaria solar no siempre está relacionada con el verano, pues también puede presentarse con el sol de invierno e incluso con la luz artificial, como la de los fluorescentes. Más habitual en mujeres que en hombres, a los pocos minutos de la exposición al sol aparecen picores, enrojecimiento y habones. Estas lesiones desaparecen en menos de 24 horas.
Fotosensibilidad por medicamentos
Hay que tener especial cuidado con la toma de antidepresivos, antibióticos, diuréticos y antiinflamatorios no esteroideos, entre otros medicamentos, si nos vamos a exponer al sol. La mayoría de estos fármacos reaccionan con la radiación ultravioleta y pueden causar lesiones cutáneas rojizas y eccematosas acompañadas de picor, escozor y pigmentación residual en las zonas expuestas.
El tratamiento consiste en reforzar la protección solar, aplicando filtros solares y con ropa adecuada y sombreros que cubran totalmente el rostro, pero, sobre todo, evitando la exposición a la luz visible.