habitissimo | página 52
Bares y lugares
Kike Keller es un bar, un showroom,
una oficina, una galería de arte y mu-
chas cosas más. Pero esta mañana, y
con Celia como anfitriona, parece más
bien la casa del sombrerero loco, un
lugar donde las creaciones más dispa-
ratadas cobran sentido.
Está situado en el corazón del ma-
drileño barrio de Malasaña. Esta loca-
lización, que podría ser circunstancial
en otro caso, dice mucho de su espí-
ritu en este. Kike Keller es moderno,
podría decirse hípster, si despojára-
mos esta palabra de toda connotación
peyorativa. También es polifacético,
urbanita y desprejuiciado. Pero empe-
cemos aclarando lo obvio, Kike Keller,
más allá de un local, es una persona.
"Es mi pareja –explica Celia–, aho-
ra está en el taller de Boadilla, que
sería como la trastienda de este lu-
gar, allí es donde crea los muebles".
Kike y Celia, Celia y Kike, los Keller,
juntos forman un tándem creativo in-
combustible. Él venía del mundo del
atrezzo para cine y teatro; ella, de re-
correr el mundo como azafata. Él es-
taba acostumbrado a crear mobiliario
rompedor y fantasioso; ella tenía el
ojo hecho a distintos estilos, distintas
culturas. Se juntaron, se potenciaron
y se complementaron.
"En dos meses estábamos vivien-
do juntos –recuerda Celia–. Nuestra
primera casa la transformamos con
nada: con mucha imaginación y poco
más. Los muebles eran de la función
de La Bella y la Bestia, en la que Kike
participaba allí y, cuando terminó, se
los dieron. El armario, tú lo abrías y no
había nada; pero a mí no me importa-
ba, aquello era bellísimo".