habitissimo | página 22
en todos lados: ventanas, puertas, jardín, debajo del suelo y
hasta en los caminos de acceso, para detectar si alguien se
está acercando (muy útil para descubrir al adolescente que
llega tarde a casa por la noche).
El propio dueño dice que muchos de estos dispositivos
no tienen demasiada utilidad porque tampoco se trata de
que no nos levantemos del sofá para nada y que tengamos
un mayordomo electrónico a nuestro servicio. Las casas tam-
bién hay que vivirlas, por lo que el futuro real de estos siste-
mas tampoco está demasiado definido.
Con una sola orden a través del móvil, puede sonar música
clásica en una estancia y jazz en otra. La casa, que se conecta
a internet durante la noche, le dice a su dueño por la mañana si
ha nevado o ha llovido y si el tráfico está peor que otras veces.
Si es el caso, el despertador habrá sonado media hora antes.
Puesta a punto
Por la noche, si alguien se levanta para ir al baño, unos
sensores en el suelo detectan el peso de la persona y encien-
den una luz tenue.
Sin embargo, no se puede negar que las casas son para
disfrutarlas y que también es agradable abrirles la puerta a
los amigos cuando vienen a cenar y no dejar que esta se abra
sola mientras el propietario está terminando de abrocharse
los cordones de los zapatos, por ejemplo.
En un futuro, los inodoros, a través de la orina, serán ca-
paces de detectar enfermedades y hasta un embarazo. La ne-
vera sabrá por el peso de las bandejas qué productos hacen
falta y determinará si estamos comiendo demasiada carne.
Y, además, podremos dormir monitorizados. El futuro ya está
aquí. Y promete ser mejor que el que retrató el cine. O al me-
nos, más práctico.