habitissimo | página 21
Cuando empezó la fiebre por la tecnología en el hogar, las
aplicaciones eran sencillas: que si encender la calefacción
desde la calle, que si activar la alarma a distancia, subir y
bajar las persianas desde el ordenador del trabajo… Ahora,
el mundo de la domótica ha experimentado un cambio revo-
lucionario y quienes tienen una casa así se sienten como en
una peli de ciencia ficción.
Porque eso de apagar o encender el aire acondicionado
desde la distancia o activar el riego por goteo en el jardín es
ya un clásico; nadie se sorprende por ello. Ahora hay mucho
más. Por ejemplo, con un solo clic en el móvil podemos llegar
a oscurecer los cristales de las ventanas si hace demasiado
sol o si no queremos que nos vean desde fuera.
La domótica consiste en hacer uso de la tecnología para
automatizar algunas acciones y procesos cotidianos que con-
Puesta a punto
sigan hacernos la vida más cómoda; y también más segura. A
través del móvil o la tablet podemos controlar perfectamente
nuestro sistema de seguridad, estableciendo un perímetro
irrebasable alrededor de nuestra parcela, que activaremos o
desactivaremos a nuestro antojo.
Las aplicaciones de la domótica están repartidas por
la casa en función de las necesidades (o los caprichos),
que pueden ser realmente las y los que queramos: desde
la climatización del hogar, diferenciada y separada por es-
tancias, hasta la luz o la música, que podemos regular a
nuestro gusto.
Pero hay funciones que van más allá y muchas están más
relacionadas con caprichos que con algo realmente práctico.
Una de las casas domóticas más espectaculares está en
EEUU, en un bosque a media hora de Seattle. Tiene sensores