Habitissimo Otoño 2018 | Page 23

habitissimo | página 21 Cuando empezó la fiebre por la tecnología en el hogar, las aplicaciones eran sencillas: que si encender la calefacción desde la calle, que si activar la alarma a distancia, subir y bajar las persianas desde el ordenador del trabajo… Ahora, el mundo de la domótica ha experimentado un cambio revo- lucionario y quienes tienen una casa así se sienten como en una peli de ciencia ficción. Porque eso de apagar o encender el aire acondicionado desde la distancia o activar el riego por goteo en el jardín es ya un clásico; nadie se sorprende por ello. Ahora hay mucho más. Por ejemplo, con un solo clic en el móvil podemos llegar a oscurecer los cristales de las ventanas si hace demasiado sol o si no queremos que nos vean desde fuera. La domótica consiste en hacer uso de la tecnología para automatizar algunas acciones y procesos cotidianos que con- Puesta a punto sigan hacernos la vida más cómoda; y también más segura. A través del móvil o la tablet podemos controlar perfectamente nuestro sistema de seguridad, estableciendo un perímetro irrebasable alrededor de nuestra parcela, que activaremos o desactivaremos a nuestro antojo. Las aplicaciones de la domótica están repartidas por la casa en función de las necesidades (o los caprichos), que pueden ser realmente las y los que queramos: desde la climatización del hogar, diferenciada y separada por es- tancias, hasta la luz o la música, que podemos regular a nuestro gusto. Pero hay funciones que van más allá y muchas están más relacionadas con caprichos que con algo realmente práctico. Una de las casas domóticas más espectaculares está en EEUU, en un bosque a media hora de Seattle. Tiene sensores