habitissimo | página 110
Vajillas
de insectos
con filtro
Valencia
Texto y fotos: Carlos Cala
Desde la más remota antigüedad, el ser humano ha sentido la necesidad de decorar
los platos y recipientes que utilizaba como menaje diario. No parece haber un
motivo funcional detrás de ello, sino tal vez el placer de disfrutar de su belleza, y
de compartirla con los demás. Puede que en algún momento los platos y vasijas
ricamente pintados se identificaran con un cierto estatus social, y si en Mesopotamia,
en la dinastía Tang, en las tierras mayas de Mesoamérica o en la corte de Napoleón
hubiera existido Instagram, las fotografías de sus platos, bandejas, tazas o teteras
hubieran llenado los timeline de muchos de sus perfiles. Hoy en día, esas piezas
antiguas se pueden admirar en los museos, mientras que Instagram se ha convertido
en el museo del arte cotidiano. Y si no, que se lo digan a Bárbara Pan de Soraluce,
cuya cerámica artística pintada a mano ha cruzado fronteras gracias a las fotografías
de sus trabajos compartidos a través de esta red social.