habitissimo | página 102
Para el arquitecto Pedro Torrijos (Madrid, 1975), la reforma
de una casa muy pequeña en un pueblo muy pequeño de la
provincia de Cáceres supuso algo más. Supuso un ejercicio
de sol y memoria. «Es que esa casa es la casa donde nació mi
madre», nos cuenta. «Es una casa que construyó mi abuelo
para su familia, y eso que mi abuelo no era albañil».
La vivienda se levanta, o más bien se oculta, en un calle-
jón estrecho sin vistas y casi sin luz, en un extremo de Pe-
raleda de San Román, pueblo de menos de 300 habitantes
en la comarca de las Villuercas. «No siempre fue así», dice
Torrijos; «cuando mi abuelo construyó la primera casa hace
60 años, la mayoría de las parcelas vecinas eran patios o
terrenos sin edificar, así que no había problemas con el so-
leamiento. La vivienda se desarrollaba en una sola planta de
50 metros cuadrados donde llegaron a vivir mis abuelos y
sus tres hijas mayores. Tenía un pasillo, salita, una cocina,
tres dormitorios, un cuarto de baño y hasta una despensa
bajo la escalera que subía al desván, que en Extremadura
llamamos “troje”, que era un espacio bajo cubierta diáfano
y sin habitar, usado habitualmente como trastero o secade-
ro de alimentos. Después, con el regreso de la inmigración,
todos esos vecinos comenzaron a construir sus casas y, en-
tre eso y la excesiva compartimentación, la casa se volvió
muy oscura».