Jueves: SI JEHOVÁ NO EDIFICARE LA CASA
Lee para el estudio de este día: Sal 127:1; Juan 2:1-11; DTG pág. 118; MC pág. 285 HC pág. 24
Los que piensan en casarse deben pesar el carácter y la influencia del hogar que van a fundar. Al
llegar a ser padres se les confía un depósito sagrado. De ellos depende en gran medida el
bienestar de sus hijos en este mundo, y la felicidad de ellos en el mundo futuro. En alto grado
determinan la naturaleza física y moral de sus pequeñuelos. Y del carácter del hogar depende la
condición de la sociedad. El peso de la influencia de cada familia se hará sentir en la tendencia
ascendente de la sociedad.
La elección de esposo o de esposa debe ser tal que asegure del mejor modo posible el bienestar
físico, intelectual y espiritual de padres e hijos, de manera que capacite a unos y a otros para ser
una bendición para sus semejantes y una honra para su Creador.
Jesús no empezó su ministerio haciendo alguna gran obra delante del Sanedrín de Jerusalén. Su
poder se manifestó en una reunión familiar, celebrada en una pequeña aldea de Galilea, para
aumentar el placer de una fiesta de bodas. Así demostró su simpatía por los hombres y su deseo
de contribuir a su felicidad.
Nosotros, los que vivimos en la postrimería del tiempo, tenemos el privilegio de
estudiar el Antiguo Testamento en conexión con el Nuevo. Nuestra fe y valor
debieran fortalecerse al ver cómo las profecías se cumplen. Pero ¡cuántos hay
que son incrédulos! ¡Cuántos hay que revelan egoísmo y rudeza en su trato
mutuo! ¡Cuántos cristianos profesos nunca parecen satisfechos a menos que
estén empeñados en una contienda! ¡Cuántos hogares están quebrantados
debido a que sus miembros reciben las sugerencias de Satanás y actúan de
acuerdo con ellas!
En el cielo no se hablan palabras desagradables.
No se cultivan allí
pensamientos hirientes. No hay lugar allí para la envidia, las malas sospechas, el
odio y la contienda. Una perfecta armonía impregna las cortes celestiales.
Satanás sabe bien cómo es el cielo y cuál es la influencia de los ángeles. Su obra
consiste en introducir en cada familia los crueles elementos de la obstinación, la
rudeza y el egoísmo. De esta manera trata de destruir la felicidad de la familia. Él
sabe que el espíritu que gobierne el hogar será introducido en la iglesia.
A partir de hoy Invita a Cristo a reinar en tu
hogar, pues los ángeles se deleitan en un hogar donde
Dios reina supremo, y donde se enseña a los niños a
reverenciar la religión, la Biblia y al Creador.
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