Finalmente, enumera aquellos aspectos en los que sabes que debes mejorar e
imagina cómo afectarán en tu vida aquellos pequeños cambios.
Sólo te queda guardar esta hoja y leerla cada vez que te sientas algo bajo de
confianza. ¡Recuerda actualizar de vez en cuando tus logros y progresos!
No te compares
La confianza no es algo universal ni viene de serie. Incluso la persona más
segura de sí misma ha sentido en algún momento inseguridad o ha tenido
problemas de confianza. El secreto está en no compararse con los demás. La vida
no es una competición: no se trata de ser el más <>, sino de mejorar y
superarse a uno mismo.
Busca un grupo afín
Repasa tus aficiones, especialmente aquellas en las que te puedas relacionar
con un grupo de gente que también las tenga. Compartir tiempo con gente que
conoce un tema que te gusta y en el que te sientes cómodo ayuda a incrementar
la confianza en uno mismo.
Los desconocidos
A estas alturas ya sabemos que la confianza es más un hábito que un estado
mental, así que para fomentar este hábito debes hacer cosas que aumenten tu
confianza. Seguro que al principio te cuesta un poco, pero créeme, pronto verás
grandes resultados. Por ejemplo, puedes entablar conversación con alguien
desconocido. Hay muchas oportunidades a lo largo del día: en la parada del
autobús, del metro, en el súper. ¿Acaso cuando estás en la cola del bus y alguien
a tu lado comenta el retraso de la línea no le respondes hablando de ello? Pues es
igual, sólo que esta vez serás tú quien dé el primer paso. ¿Te atreves?
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