Guía de ética Guia de ética

1. RECONOCIMIENTO Y POPULARIDAD

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Como seres sociales que somos, todas las personas, en diferente medida, buscamos pertenecer a un grupo y saber que nos valoran y estiman. Nos gusta ser aceptados y que se reconozcan nuestros méritos o virtudes cuando hacemos algo bien y que nos ayuden en caso de que“ metamos la pata "; es una actitud humana, con la que seguro que tú también te identificas. Al reconocimiento público de dichas cualidades la civilización griega antigua le empezó a llamar " honor ". Ellos entendían que era honorable aquella persona que era conocida por sus buenas obras. Hoy día, esa definición de honor sigue estando vigente.

Pero en ocasiones ocurre que buscamos la estima de los demás por encima de todo sin enfocarnos en la buena obra que nos traería ese reconocimiento. Eso es“ buscar la popularidad ". Quien busca la popularidad no se centra en hacer el bien, conseguir algo beneficioso para los demás, en ser bueno... sino solo en que ' parezca " que hace eso. Piensa en los personajes famosos que surgen en las revistas y la televisión aquellos que no tienen un empleo concreto, que no han hecho una obra digna de admiración sino que son famosos por el afán de serlo y nada más. Piensa ahora en el deseo de Greg de ser popular aunque eso le lleve a perder su identidad. Querer esa popularidad, que nos conozcan, ser lo que los norteamericanos llaman cool... es darla la espalda a nuestro verdadero yo y quedarse en la apariencia.

El reconocimiento fácil, la fama instantánea, el éxito de usar y tirar... no te dan estabilidad y afectan tu autoestima al poner tu valoración en el exterior que es cambiante. No consigues ser mejor pareciéndolo, sino construyendo desde el sólido Interior, desde lo que eres en realidad.

2. LA AUTÉNTICA AUTOESTIMA

La autoestima es la valoración que hacemos de nuestra manera de ser y de comportarnos y es fundamental para el adecuado desarrollo personal Dicho con otras palabras: es la nota que nos ponemos a nosotros mismos.

Por ejemplo, imagina que cree que tus opiniones no importan demasiado, que lo que tienes que decir en una conversación no merece la pena... entonces transmites a los demás la idea de que no mereces ser escuchado. Esto hará que otros no te tomen en cuenta. Y el círculo vuelve a empezar, empeorado: piensas cada vez más que tus opiniones no son importantes, que no merece la pena tu punto de vista y aumentas el mensaje negativo...

Lo mismo ocurre con cualquier otra opinión que tengas sobre ti mismo. Como comprobarás, todo en nuestra manera de pensar, de sentir, de decidir y de actuar está bajo la influencia de la autoestima. Pero no confundas tener una buena autoestima con sobrevalorarse: el alto concepto de uno mismo que viene de la tendencia a pensar que somos mejores que los demás no te llevará a ningún sitio más que a la soledad y a la decepción. Tenemos que ser realistas, querernos con lo que somos y rechazar aquellas impresiones erróneas de nosotros mismos que minan nuestra autoestima o que la inflan de manera desproporcionada.

Otro aspecto que te perjudica es que al no reconocer quién eres no podrás hacer aquello que sólo tú puedes aportar en este mundo. El no valorar tu particular modo de ser no te permitirá potenciar tus habilidades y realizarte como persona porque no descubrirás aquello en lo que realmente eres bueno y disfrutas.

En definitiva, la autoestima es la forma de verse, aceptarse y apreciarse bien a uno mismo. Es un arte que hay que aprender a lo largo de la vida, a veces incluso durante muchos años y que merece mucho la pena, porque una vez nos ponemos a trabajar sobre nosotros mismos potenciaremos aquello que tenemos y lucharemos por mejorar lo que haga falta. Sólo entonces seremos conscientes de lo mucho que tenemos para aportar en donde estamos.