De igual manera, cuando un niño actúa en situaciones de juego, piensa y a la vez se apropia y produce nuevos significados para la vida. Así, el juego es un acto de pensamiento que hace posible la construcción de nuevos conceptos acerca de la realidad (Jiménez, 1997).
Durante las situaciones de juego, el educando tiene la libertad de resolver de manera diferente los obstáculos que se le presentan. De este modo, el juego se constituye en una de las formas más eficaces de resolver situaciones nuevas o desconocidas.
Los juegos que resultan más llamativos para los estudiantes son aquellos que implican cumplir un reto siguiendo determinadas reglas establecidas previamente.