GUIA DIDACTICA DE LA SHOA 27 de enero de 2014 | Page 31
pensionistas […] Los judíos serán expulsados de la economía y
cederán sus bienes al Estado. Serán indemnizados. La
indemnización se anotará en el registro de deudas y les dará
derecho a determinado porcentaje de intereses, de los que tendrán
que vivir».
A partir de ese instante ya podía llevarse a cabo la idea de
convertir las propiedades judías en valores que no les confirieran
ninguna influencia económica.
Los beneficios de la expropiación de empresas y
patrimonios judíos
El mayor beneficio directo resultante de las arianizaciones fue a
parar al sector empresarial alemán. Pero, indirectamente, el Reich
obtuvo una importante porción de los restos de los valores
patrimoniales judíos: dinero en metálico y otros activos líquidos
adquiridos por los judíos en las arianizaciones como pago por sus
empresas. El Ministerio de Finanzas ejecutó esta confiscación con
dos impuestos sobre el patrimonio:
Impuesto por la salida del Reich (regulado el 8 de diciembre de
1931 para disuadir la emigración de cualquier ciudadano), modificado
el 18 de mayo de 1934 con la intención, esta vez, de aprovechar la
emigración judía. Este impuesto consistió en el pago del 25% del
valor del patrimonio en el momento de la emigración.
Pago de desagravio. Tras las revueltas de noviembre de 1938,
el 21 de ese mismo mes el Ministerio de Finanzas impuso a los judíos
una multa del 20% del patrimonio registrado, la cual fue aumentada al
25% por decreto del 19 de octubre de 1939.
Como complemento, la Orden de 21 de febrero de 1939 obligaba
a los judíos a entregar el oro, platino, plata, piedras preciosas y los
objetos de arte a las oficinas de compra del Ministerio de Economía.
Y la Undécima Ordenanza de la ley de ciudadanía del Reich
terminaba legalizando, el 25 de noviembre de 1941, la confiscación
directa de las propiedades que no llevaran consigo los deportados.
Expropiación
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