Golden Box Book Publishing Elegida por la espada | Page 8
los demás se movían a cámara lenta. “Yo no he ralentizado el
tiempo, ¿qué está sucediendo?”, pensó Ilona, alarmada.
Se quedó anonadada cuando comenzó a recibir imágenes, y
luego escuchó la voz de Csenge en su cabeza:
—No tengas miedo, trata de actuar con normalidad. Veo que
tomaste Escudo Blanco, por lo que no puedo leer tus pensamientos.
Ilona tenía miedo, al no saber qué iba a pasar, pero Csenge
continuó:
—Puedo ralentizar el tiempo, y como tú tienes también tienes
esa capacidad, puedo hablar contigo sin que lo sepan. Sólo escucha,
ellos no saben que puedo hacerlo y puedo engañarles por ahora,
pero no por mucho tiempo. Ond es cada vez más fuerte y sospecha
de mí a diario. No tenemos mucho tiempo, sólo escucha. Voy a
proyectar mis pensamientos en ti.
Ilona asintió con la cabeza y abrió su mente. Vio la casa de Elana
y la cara sonriente de Ema. Pudo ver a Zoltan y a sí misma mirando a
escondidas a través de la rendija, en la cubierta tapizada de cuero, en
casa de Elana, mirando a Csenge. Las siguientes imágenes pasaron
rápidamente, imágenes de hunos montando a caballo y disparando
flechas tras ellos. Ilona sentía feliz. En las siguientes imágenes, la
ropa de la gente era distinta, e Ilona vio personas arando los campos
y construyendo casas de piedra. Luego, unas mujeres con largas
faldas eran atadas a estacas y quemadas. La gente empezaba guerras
y asesinaba a otros en el nombre de Dios. Entonces vio coches
antiguos echando humo por calles de edificios altos. Ella podía sentir
tanto las enfermedades, los desastres y el sufrimiento de las personas
que vivían en guetos, así como las de aquellos que residían en
palacios. Ilona se dio cuenta de que Csenge no sólo estaba
proyectando imágenes en ella, sino además, sus propios
sentimientos. Ilona tenía la sensación de estar siendo engañada y
utilizada, ya que se estaba viendo obligada a ver esas imágenes, y
éstas, seguían fluyendo. Vio gente hablando por teléfono, viendo la
televisión y enviando mensajes de texto con sus portátiles y
teléfonos. Ilona se sintió confundida, estresada y muy, muy sola. La
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