Golden Box Book Publishing Elegida por la espada | Page 6
que lo haga? Tengo que estar en guardia. No quería hacer daño a
nadie más que a mí, por lo que los demás están a salvo...”
Ilona buscó un arma a su alrededor, por si intentaba hacer algo.
Corrió al salón y cogió unas antiguas espadas que se encontraban
sobre la chimenea. Sus delgados dedos sujetaron las cuchillas
mientras empujaba las espadas bajo un pequeño sofá y las ocultó con
la colcha. Sintió un dolor agudo en el dedo índice cuando se cortó
con la espada, pero lo ignoró. Ella esperaba que, si fuera necesario,
Zoltan fuera lo suficiente rápido para reconocer la situación, y
entonces ella le podría entregar una de las espadas. Ilona no podía
pensar más en ello, por lo que ocupó su lugar en la puerta, frente a
los visitantes. Echó un vistazo rápido a su alrededor, asegurándose
que todo estaba en su lugar, y entonces descongeló el tiempo.
Mientras los Líderes comenzaron a moverse de nuevo y
lentamente subían por las escaleras, Rua llegó con Zoltan. Los
Líderes se detuvieron en la entrada y se inclinaron ante la estatua del
Halcón colocada sobre la entrada. Susurraron las antiguas palabras
escritas en una placa.
Que el Turul sagrado os proteja en vuestro viaje.
Todos se pusieron de rodillas, saludando formalmente a los
Líderes. Pusieron las dos manos sobre sus rodillas con las palmas
hacia arriba. Ilona nunca había usado este saludo tradicional antes,
pero lo había practicado con su madre. Su madre le había contado:
—Con este gesto antiguo, ofrecemos nuestros servicios y
nuestras vidas para proteger al pueblo. Los Líderes nos representan
ante los Ancianos, y reconocen nuestra oferta tocándonos el hombro.
Eso significa que ellos aceptan nuestra oferta e incluso nuestro
sacrificio, si es necesario.
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