Cálculos de la consultora Raddar indican que en el acumulado de enero – abril de 20018 las ventas de los centros comerciales fueron de $9 billones, cifra que en el mismo periodo de 2017 fue de $10,2 billones y la explicación de Juan Pablo Sánchez, gerente de investigaciones de Raddar, está en la pérdida de capacidad de compra de los salarios con la que arrancó el año, el ajuste en el IVA y la desconfianza económica y política. “Eso ha hecho que las personas piensen dos veces antes de endeudarse o comprar”.
Guillermo Botero, presidente de Fenalco, dice que la caída de las ventas no solo es de los centros comerciales, sino del comercio en general, pero que la ventaja de los primeros es que tienen el tráfico de la ‘familia Miranda’, que tarde o temprano termina comprando. Agrega que la caída de la facturación es un tema cíclico originado en el bajo desempeño de la economía, pero que, a medida que esta se recupere, también lo harán los centros comerciales.
Aunque los expertos en centros comerciales dicen que el país aún tiene espacio para más, los empresarios que arriendan sus locales tienen otra visión, pues no están vendiendo lo que esperaban y sí deben responder por elevados arrendamientos.
“El tema es que siempre se les pide a las mismas cadenas (Arturo Calle, Totto, Vélez, etc.) que entren al nuevo centro comercial y estas ya no dan más porque están a tope. Se requiere desarrollar nuevos almacenes que permitan ampliar la oferta comercial del país”, señala un miembro de junta directiva de varios centros comerciales. Clemencia Vélez, gerente de Bosi, afirma que, ante la merma de las ventas, es importante que los desarrolladores de proyectos paren un poco hasta que el país se estabilice económicamente. “Los centros comerciales que abrieron a finales del año pasado han tenido un muy regular desempeño. En ciudades medianas y pequeñas hay algunos con una desocupación de más de 40%. Queremos invitar a los dueños de los centros comerciales para que evalúen bajas de los arriendos”, insiste
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