Gestión del Riesgo en Colombia Gestion Riesgo Banco Mundial Colombia | Page 352

administradores de su territorio, responsa- bles de la prestación de servicios públicos y de la gestión del riesgo. La falta de políticas y herramientas para la gestión del riesgo en los diferentes sectores, así como estrategias de acompañamiento, complementariedad y trans- ferencia de capacidades a los entes territoriales, pueden considerarse como unos de los princi- pales factores de la generación de riesgos. Por ejemplo, según la Ley 136 de 1994, en materia de vivienda los municipios están obligados a reglamentar el uso del suelo, el control y la vigi- lancia en la construcción y en la enajenación de los inmuebles destinados a vivienda. Sin em- bargo, sólo 35 ciudades del país tienen Curado- res Urbanos y cerca del 90% de los municipios colombianos (categorías 5 y 6) no disponen de funcionarios capacitados, ni recursos suficien- tes para cumplir apropiadamente estas labores. En cuanto al sector de transporte, los munici- pios son responsables de la red terciaria, que en general presenta las mayores vulnerabilidades. Se cuentan con desarrollos importantes en la disponibilidad de información en las esfe- ras de energía y educación, mientras que otros ámbitos muestran limitaciones en el conoci- miento del riesgo, elemento clave para el diseño de las políticas sectoriales. El sector energético dispone de información en tiempo real sobre los niveles de los embalses hidroeléctricos y sobre pronósticos climáticos, lo que le ha per- mitido tomar decisiones oportunas para evitar desabastecimientos del servicio. En cuanto al ámbito educativo, está en proceso de elaborar un inventario de su infraestructura y cuenta con mecanismos definidos para la evaluación de daños postemergencia, los cuales se imple- mentaron en el censo de las afectaciones sufri- das por el fenómeno de La Niña 2010-2011 y han mostrado ser herramientas muy valiosas para atender oportunamente las necesidades de este sector durante la última emergencia. En otros ámbitos la disponibilidad de información sistemática y previa con el nivel de detalle re- querido para tomar decisiones es aún limitada. Desafortunadamente, en otros sectores la falta de aplicación de herramientas técnicas y normativas de diseño que aseguren una ade- cuada localización y calidad de la infraestruc- tura, está condicionando la vulnerabilidad de los sistemas. La débil normatividad técnica y mecanismos que permitan incorporar criterios de seguridad desde la prefactibilidad de los pro- yectos, así como en los diseños, construcción y operación de la infraestructura de los diferen- tes servicios y sistemas productivos, generan condiciones de riesgo. Esto es especialmente crítico en los sistemas viales y de agua potable y saneamiento. Las condiciones climáticas del país, la difícil topografía y la geología joven de los Andes son bastante exigentes, pero la verda- dera causa de los impactos de los desastres en la infraestructura vial son las deficiencias en su diseño, prevención y mantenimiento. El incremento y la acumulación de la vul- nerabilidad de las edificaciones habitacionales frente a los fenómenos peligrosos en Colom- bia, se deben principalmente al crecimiento de la vivienda informal, al incumplimiento de estándares de diseño y de construcción, a su localización en zonas de peligro, a la posible presencia de fenómenos naturales, y a la falta de estrategias para intervenir las construc- ciones anteriores a la primera norma de sis- mo resistencia (1984). Según la información de DesInventar (Corporación OSSO-EAFIT, 2011), de las 190 mil viviendas destruidas por desas- tres en el país, durante el período de 1970-2011, las inundaciones fueron las que generaron las mayores pérdidas, con más de 79 mil unidades; mientras que los sismos generaron un total de 51 mil viviendas afectadas, los deslizamientos casi 18 mil, las erupciones volcánicas 5.400 y otros eventos, como vendavales, incendios, Balance final y recomendaciones para fortalecer la gestión pública en materia del riesgo de desastres 327