Gestión del Riesgo en Colombia Gestion Riesgo Banco Mundial Colombia | Page 187

y considerando su importancia ecosistémica y de sus actividades económicas, se seleccio- naron regiones que frecuentemente han sido afectadas por inundaciones, como son las cuencas de los ríos Bogotá y Sinú y la región de La Mojana y el Canal del Dique. Este aná- lisis posibilita la identificación de tendencias, particularidades y diferencias a nivel local y regional, pero más importante aún, permite ofrecer recomendaciones al Gobierno Nacio- nal que guíen y orienten las acciones para for- talecer la incorporación de la gestión del riesgo de desastres en la administración territorial. El municipio es la unidad fundamental de la gestión territorial, y por ende de la ges- tión del riesgo. En Colombia, la descentraliza- ción y la autonomía de las entidades territoriales hacen parte sustancial de la organización estatal. En particular, los municipios están considera- dos como la unidad fundamental de la división político-administrativa y les corresponde, entre otras competencias, ordenar el desarrollo. Para ello deben reglamentar los usos del suelo y, den- tro de los límites que fija la ley, vigilar y controlar las actividades relacionadas con la construcción y enajenación de inmuebles destinados a vivien- da, así como dictar las normas necesarias para el control, la preservación y la defensa del patrimo- nio ecológico y cultural del municipio. Es eviden- te que las emergencias ocurren a nivel local, en la medida en que son las características físicas y sociales las que determinan la existencia de ame- nazas y vulnerabilidades, es decir, los riesgos. En consecuencia, los municipios están llamados a actuar como agentes principales de un sistema de gestión del riesgo, que implica incorporar esta noción en un principio orientador de la planea- ción y la fiscalidad municipal y distrital. La fiscalidad depende de la estructura del territorio, en la medida en que la asigna- ción a distintos usos y la propiedad del suelo definen cargas tributarias y contributivas, y 162 establecen la orientación por parte de la in- tervención pública. La ordenación del terri- torio se especifica a través de la asignación de funciones y usos del suelo 2 , y su intervención se logra mediante políticas generales urbanas y de urbanización, de la tributación por su pro- piedad y uso, y por los distintos tipos de ac- tuación pública que puedan ser objeto de una inversión. En consecuencia, es de primera im- portancia la capacidad de acción institucional que las autoridades locales y regionales tengan sobre el suelo, pues es una fuente de recursos para ellas y también el origen de una parte fun- damental de sus responsabilidades, en particu- lar, la del ordenamiento racional y funcional del territorio (Saldías, 2007). Si el riesgo se ges- tiona adecuadamente a nivel local a través de la planeación, la generación de recursos será óp- tima y las inversiones podrán realizarse opor- tuna y suficientemente. La gestión del riesgo no se limita a la zona geográfica donde se manifiestan las emergencias, ni se agota en los límites polí- tico-administrativos del municipio. Para rea- lizar una gestión del riesgo efectiva es preciso considerar que tanto los centros urbanos como el espacio urbano regional operen de manera sistémica. Por eso se requiere una labor coor- dinada entre municipios, áreas metropolitanas, cuencas y departamentos, que abarque aspectos como el conocimiento y entendimiento de las amenazas y los riesgos existentes, procesos de planificación articulados, intervenciones con- juntas y Planes de Emergencia conectados. La ambigüedad en las competencias re- gionales para la planeación y el ordenamiento territorial aumenta el riesgo. Considerando que no existe una autoridad única en la planeación 2 En sus distintos niveles: urbano (habitacional, comercial, industrial, espacio público), rural (habitacional, ambiental, de protección) y de expansión. Análisis de la gestión del riesgo de desastres en Colombia: un aporte para la construcción de políticas públicas