NES. Que una constelación recibiera el nombre de alguien era el sumum, lo máximo. Ya
se puede imaginar, todos los hombres que mirasen al cielo verían esa constelación y entonces recordarían el nombre... Y LO ASOCIARÍAN CON LAS ESTRELLAS, CON LOS CAÍDOS. Entonces los pequeños hombrecitos INVOCARÍAN SU NOM-
BRE... Esta es la forma en que se desarrollaron las deidades, vayan y vean "Troya", donde
se plantea claramente la elección para estos individuos: "una vida larga, tranquila y aburrida o
una corta, excitante y gloriosa", en la que serían perpetuados a través de su juventud. Otro
ejemplo de los que ellos creen lo podemos ver en "El Imaginario del Dr Parnassus". En una
escena espeluznante donde Tony guía a una mujer rica a través de su mundo de fantasía,
tres barcos aparecen con las fotos de Rodolfo Valentino, James Dean y la Princesa Diana,
tres personalidades que murieron prematuramente. Tony incita a la mujer rica a imitar su camino y embarcarse en una góndola con la cabeza de Anubis (el dios de los muertos). La mujer
mira las fotos y dice: "Toda esta gente... están todos muertos". Tony responde: "Sí... pero
son inmortales. No vas a envejecer o engordar. No vas a enfermar o
debilitarte. Están más allá del miedo, porque son... por siempre jóvenes. Son los dioses... y puedes unirse a ellos".
El hacerse un nombre es otra forma más de rebelión, no sólo en hacerse renombre entre los
hombres, sino en la pretensión de crear un nombre para sí mismos (no uno que hubieran recibido, porque al final de cuentas, ellos recibieron sus nombres) en base a sus propias obras.
Por ejemplo, para que se entienda, "ha satán", "Adversario", es un nombre que muchos de
ellos se han ganado a través de sus acciones. En verdad es un título, de la misma forma que
el Eterno ostenta tantos títulos que lo describen en determinados aspectos. Así ellos también
buscan hacerse sus propios nombres para no "perderse" cuando sus cuerpos mueran.
Es a través del sacrificio de miles y miles de engañados que Lucifer ha conseguido, a lo largo
de los siglos, continuar construyendo su torre.
Ciertamente nunca desis-
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