recibimos a través de la reproducción en nuestros cuerpos materiales, recibimos nuestra "vida
espiritual" a través de nuestros nombres. Recibir un nombre implica recibir una serie de características que ese nombre contiene y que de alguna manera nos pertenecerán. Ya veremos a
lo largo de las Escrituras que a veces los nombres son cambiados por otros nuevos, Y ESO
NO ES ALGO QUE SE HAGA POR CAPRICHO (aunque también es bueno recordar que las
Escrituras nos muestran que, en todos los casos en que esto sucedió, FUE SIEMPRE YAHWEH EL QUE DIO EL NUEVO NOMBRE).
Pero HACERSE un nombre implica recibir un título en base a las propias obras, es como recibir un premio, como "Fulano, el más fuerte de todos" o "Mengano, el más rápido", porque sus
obras son siempre de competición (ser "el más"). Y en esto también está la gran
rebelión de pretender hacerse un nombre que les sirva a sí mismos en
lugar del Nombre sobre Todo Nombre, al cual ellos rechazaron desde
el primer día (pecado que no les será perdonado).
LA IMPORTANCIA DEL NOMBRE
Lo cierto es que, de la misma manera que cuando Adam fue apenas creado YA CONTENÍA
EN SÍ MISMOS TODAS LAS ALMAS DE TODA LA HUMANIDAD QUE AÚN NO HABÍA NACIDO (como tan bien se nos explica en Hebreos 7, en cuanto al tema de Leví), cada uno de
nosotros aún lleva dentro de sí mismo las almas de aquellos que vendrán después de nosotros, y la costumbre de antaño era justamente la de dar el nombre de algún antepasado a los
más jóvenes, para que de esta forma EL NOMBRE NO SE PERDIERA:
¡Que
su
clan no
pierda el nombre de nuestro pa-
dre simplemente
porque no tuvo un hijo! Danos una propiedad entre los
parientes de nuestro padre! Bamidbar/Números 27:4 VIN2011
El primer hijo que ella le dé a luz debe llevar el nombre del hermano muerto, para que no se elimine su nombre de Yisra-
el. Devarim/Deuteronomio 25:6 VIN2011
Bóaz continuó: “Cuando adquieras la propiedad de manos de Naomí y de Rut la Moavita, deberás también adquirir a la mujer del difunto, para perpetuar el nombre del difun-
to sobre su heredad”. Rut 4:5 VIN2011
Esta es la forma en la que el hombre "perdura" a través del tiempo, en su descendencia, y es
de vital importancia en las Escrituras. Y en contraposición, tenemos el hecho de que cuando
alguien es maldito y pierde por completo el favor del Eterno, su destino es SER DESTRUIDO
Y QUE SU NOMBRE SEA BORRADO DE LA FAZ DE LA TIERRA.
Yahweh había resuelto no borrar el nombre de Yisrael de debajo del cielo; por
eso los libró por medio de Yarovam hijo de Yahoash. Melajim Bet /2 Reyes 14:27
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