Generando Arte La Revista - Número 1 Generando Arte. La Revista Número 1 (Febrero 2015) | Page 50
El sillón de lectura
Mujeres de ojos rojos
Del arte feminista al arte femenino
“L
a modernidad configura
la razón como imparcial
y universal; la puesta
en escena tiene lugar en el espacio
de la ética, la actuación está protagonizada por la neutralidad y es su
mano la que ejecuta la eliminación
de cualquier interés, deseo o pasión.
En el discurso moral moderno, ser
imparcial implica que los sentimientos no afecten a los propios juicios,
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que sea eliminada la alteridad en el
sentido de experiencia sensual, que
desaparezca el deseo que nos ata a lo
concreto de las cosas y a nuestra relación con ellas”, con esta reflexión del
filósofo galés Alasdair MacIntyre
comienza el capítulo I de Femme
Maison, titulado Del concepto
moderno de la razón a la dicotomía
público-privado, situándonos en un
libro inevitable para comprender
el arte de género desde la primeras
obras del carácter feminista. Me
estoy refiriendo a la obra de Susana
Carro, Mujeres de ojos rojos. Del arte
feminista al arte femenino.
Desde la misoginia romántica,
hasta la iconografía vaginal, desde
la mística de la feminidad, hasta
el activismo feminista, Carro
hace un repaso completo de las
artistas y de los movimientos que
irrumpieron en el mundo masculinizando del arte, donde hasta
esos momentos las mujeres sólo
aparecían como sujetos pasivos,
ejemplarizantes en su lectura
unas, y complacientes a los ojos
del espectador otras.
Con la conquista del voto
femenino en Estados Unidos,
comenzó un camino que empezó a tomar forma artística en
1946 cuando Louise Bourgeoise
realizó la serie autobiográfica
Femme Maison, en la que ya dejó
testimonio de que “lo privado” es
también “lo público” aún partiendo de “lo doméstico”, desde
entonces se produjo el gran salto y
la aparición del arte feminista en
el escenario reivindicativo, pero
desde una posición tan racional
que resultó imparable. En la década de los sesenta y especialmente
de los setenta las obras de las
estadounidenses, Judy Chicago,
Martha Rosler, Miriam Schapiro, Nancy Spero, Suzanne
Lacy o Leslie Labowitz, entre
otras, aportaron una visión de
la creación artística inédita de
indudable calidad, aportando
nuevas formas de expresión en
las que adoptaron como propios
medios innovadores, el Body
Art, el Video Art y las Performances, y todo ello sin renunciar
a las obras artesanales tradicionalmente atribuidas a las mujeres,
como Judy Chicago lo hizo en
su Dinner Party con el bordado,
la cerámica o la porcelana, o
Miriam Schapiro con sus maniquíes, tejidos, hilos y patrones.
Cuenta la autora que una parte
importante de la aceptación de
esta nueva forma de arte se debió
en parte a los trabajos de las
docentes que pusieron especial
énfasis en su estudio y reflexión.
Sirve de ejemplo el proyecto que
Judy Chicago en 1970 propuso
a sus alumnas de la Universidad
Californiana de Fresno y que dio
forma a Womanhouse, una de las
propuestas más interesantes, que
aún hoy sigue representado un
referente del arte feminista.
Mujeres de ojos rojos. Del arte
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