Generando Arte. La Revista. Nº 3. Octubre 2015 | Page 49
Jaulas doradas
Mujeres en la España del Siglo XXI
Por Montserrat Casado
E
n el museo del Traje de Madrid hay una pequeña, pero muy interesante, exposición de prendas y armazones interiores que configuraron la silueta de la mujer en el último tercio del siglo XIX y cuyo título da
nombre a esta reflexión: Jaulas Doradas. La moda del último cuarto del novecientos exigía el empleo
de prendas interiores rígidas (miriñaques y polisones) que, constriñendo el cuerpo de la mujer, destacaban el
abultamiento de las faldas en contraposición al estrechamiento de la cintura. El cuerpo de la mujer resultaba
apretado y cerrado por aros, cintas y ballestas por lo que sus movimientos quedaban limitados. Esa imagen de
cuerpo aprisionado se asemejaba a los aviarios y animales disecados en fanal que tan modernos resultaban en
las decoraciones de los hogares.
La letra de un célebre corrido mexicano que ya cantaba Pedro Infante y que hoy han recuperado Los Tigres del
Sur dice: “…aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión”. El espíritu de esa tonada explica muy bien el
sentimiento que me envolvió al terminar el recorrido por la exposición. Unas telas suntuosas, una confección
perfecta, unos preciosos complementos (abanicos, pantallas de cara, sombreros…) construían para la mujer
una imagen esplendorosa al tiempo que ocultaban los instrumentos de servidumbre de esa apariencia exterior.
En un plano simbólico, el final de la exposición te hace sospechar que, en el siglo XXI, la mujer ha abierto las
puertas de la jaula y que vuela como un pájaro en primavera. Sin embargo, los hilos de metal del traje de novia de
Ángela Arregui o el polisón de Roberto Torretta del año 2006 evidencian, aunque no sea lo buscado, que el cuerpo de la mujer sigue apresado entre los barrotes de la moda. Aunque no presentes en la muestra, los altos tacones
o la delgadez como pauta de belleza constituyen evidencias de ese sometimiento de la mujer a los dictados de la
moda.
En un sencillo ejercicio analítico, he revisado dos variables importantes del ámbito socioeconómico: el mercado
de trabajo y la participación de la mujer en los centros de poder. A partir de estos datos he buscado rastrear si la
posición de dominio sobre la apariencia también se extendía a la esencia del papel de la mujer en la vida social de
la España actual.
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