El futuro no existe, es una construcción mental. Es un tiempo desconocido, el cual tiene como atributo característico la incertidumbre. Es una página en blanco que es susceptible de ser escrita. El futuro depende en menor medida del azar y del destino, que del fruto de la voluntad, la ambición, la intencionalidad y del acierto que tengan los sujetos sociales sobre sus futuros posibles.
En el contexto actual caracterizado por lo volátil, incierto, cambiante y lo ambiguo, la sociedad, las cadenas productivas, los territorios, las organizaciones no son sólo producto de las tendencias del pasado, sino más bien de las incertidumbres del presente. Este relacionamiento entre pasado, presente y futuro son los componentes básicos de todo estudio de prospectiva. Por ello, el principal esfuerzo consiste en contribuir a iluminar la incertidumbre del futuro, a partir de construir, participativamente, información y conocimiento relevante y de calidad, que visualice y explore los futuros posibles. De esta forma la prospectiva permite comprender los procesos de transformación con visión de largo plazo y derivar implicancias para la gestión, organizar la acción colectiva, e implementar e institucionalizar los acuerdos y consensos logrados para contribuir al proceso de construcción y apropiación social de futuros.
@JavierJvita
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Desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA, Argentina) y la Universidad Nacional de Cuyo, a través del Centro de Estudios Prospectivos, se ha logrado desarrollar e implementar diversos estudios de prospectiva, como “Escenarios sobre calidad e inocuidad en el sector productor de materias primas y alimentos elaborados en Argentina 2030” editado por Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva; “Guía de prospectiva para el ordenamiento territorial rural de la Argentina a nivel municipal” editado por INTA, entre otros.
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OPINIÓN EXPERTA
Javier Alejandro Vitale Gutiérrez
Argentina
Investigador,
INTA Centro Regional