FUNDAMENTOS DE LA SABIDURÍA HIPERBÓREA - TOMO 1 | Page 42

Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea En esta Primera Parte nos proponemos explicar por qué la " clave genética ", específicamente , permite el encadenamiento del Espíritu en el pasú . Mas , como para entender esto , es necesario indagar previamente sobre la naturaleza psíquica del pasú , llegamos así a uno de los objetivos que nos habíamos fijado al comienzo . Estudiaremos ahora la primitiva constitución psíquica del pasú , pero lo haremos en relación al orden arquetípico del cual éste es tributario . Se hace necesario pues determinar el marco de referencia de dicho " orden arquetípico " y ello no puede hacerse de mejor manera que describiendo , CON EL MISMO SISTEMA ANALÓGICO EMPLEADO HASTA AQUÍ , la estructura básica del Universo de El Uno , es decir , del " mundo " que los Espíritus hallaron al atravesar el origen . En la figura 9 puede verse el esquema analógico de tal estructura .
El área central " plano material " representa la parte concreta del Plan Cósmico ; puede decirse que " hacia allí " se dirige el sentido de la evolución . La " materia " de este plano es aquélla capaz de llenar " toda forma posible " de manera tal que en el conjunto de entes ha de figurar en un extremo la materia más grosera de los sólidos y en el otro las formas más sutiles de energía psíquica pasando por todas las densidades intermedias , incluidos los planos etéricos o dévicos de la vida elemental .
Ha de entenderse así que el centro , o la región central de dicha área , es la zona de mayor densidad de la materia , la cual se va haciendo cada vez más ligera hacia la circunferencia limitante . Esta circunferencia , señalada en el esquema como " plano arquetípico ", corresponde a lo que hemos denominado algunas veces INCONSCIENTE COLECTIVO UNIVERSAL pero que , en la India y Tíbet , en la Ciencia del Gran Aliento , suelen llamar AKAZA PARABRAHMICO y al que atribuyen ser depósito de las ideas o Arquetipos de la Mente Divina . En efecto , A TRAVÉS del plano arquetípico se manifiesta la Voluntad del Demiurgo , es decir , fluye el Tiempo trascendente que es Su Conciencia ; o como dirían en la India , " el Aliento de Parabrahman impulsa la manifestación de las formas potenciales del Akaza ". La fluencia del tiempo , DESDE el plano arquetípico , HACIA la materia , es el acto plasmador y ordenador por el cual existe todo ente y por el cual todo ente tiende hacia alguna perfección entelequial . El " plano material " es así un mundo de dinamismo bullente en el que no hay lugar para la quietud como no sea a título referencial ; " detenido " CON RESPECTO a algo móvil . Un mundo tal es puramente Fenoménico , sujeto a procesos temporales , ya continuos ya discretos , que sobrepasan en todo caso la capacidad de aprehensión humana basada en una triple partición del tiempo : pasado , presente y futuro . La aprehensión de un fenómeno en el momento " presente " del conocer implica haber sorprendido a éste en una fase de su proceso , captado sólo una apariencia fugaz , percibido una imagen de una serie posible , conocido , en fin , sólo un aspecto de su verdad . Un mundo tal , entonces , frente a la impotencia sensorial humana para aprehender el fenómeno en su proceso , PARECE HABER SIDO ESPECIALMENTE PROYECTADO PARA PRODUCIR ILUSIONES Y APARIENCIAS INSUPERABLES .
El plano arquetípico es , como muestra el esquema analógico : aquella parte del Demiurgo que linda con el plano material por todos lados , contiene a éste y determina sus fenómenos . Si se considera , como es clásico , una triple composición del Demiurgo , Poder , Belleza y Sabiduría 3 , puede afirmarse : que el aspecto " Sabiduría " corresponde directamente al " plano arquetípico ", donde existen los " Planes Divinos ", es decir , los
3Alice Bailey y otros Teosofistas suelen equiparar la división judeocristiana del Demiurgo Jehová – Satanás : “ Padre , Hijo y Espíritu Santo ”, con : Voluntad-Poder , Amor- Sabiduría e Inteligencia Activa . Cabe agregar que el tal “ Espíritu Santo ” no corresponde al PARACLITO Carismático que se define en la Parte II .
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