LECTURAS COMPLEMENTARIAS
prácticas populares de salud, ya sea mediante los curanderos y/o los personajes de la
medicina casera, esas representaciones tienen salidas operativas de significacióninterpretación y, por lo tanto, vías de resolución en el plano de algunos dramas humanos
individuales de las familias y personas, esto significa que estas culturas médicas
populares ofrecen una mejor capacidad de ayuda para una serie de problemas cotidianos
de la población que el modelo biomédico facultativo. Es claro que en este contexto las
expectativas de la población con relación al amplio espectro de sus demandas en los
múltiples espacios del día a día, sobre salud y bienestar, desbordan las posibilidades
de manejo "científico", bajo supuestos exclusivamente organicistas. La ausencia de
casi toda perspectiva psicosocial y sociocultural en la práctica médica institucional
dificulta aún más cualquier aproximación.
Lo anterior se da por cuanto las culturas médicas populares proporcionan esquemas
comprensivos de las etiologías de tales enfermedades, métodos de diagnóstico, así
como medidas preventivas y acciones curativas, a partir de un universo simbólico o un
esquema cognitivo común a la población. Este universo se aproxi maría a la hipótesis
desarrollada por Duarte, en su estudio sobre las clases trabajadoras urbanas del Brasil
(1986: Pp. 40-41, 125, 261), como sectores donde predominaría una cierta mentalidad
holística-jerárquica, ya que éstos percibirían los cuerpos en mutua interacción, y entre
ellos y el entorno social, físico-ambiental, a partir de relaciones jerarquizadas y
viviendo el fenómeno como una totalidad particular. Esto en oposición a un tipo de
representaciones más abstractas y/o universales en las que la "instancia psicológica
individual" cumpla un papel sobresaliente, que caracterizaría más a las clases medias
y altas urbanas, con niveles altos y medios de escolarización.17
Formas de sociabilidad y de participación: A manera de sugerencias
para los modelos institucionales de salud
Uno de los aspectos centrales que se desprende de este análisis, sobre las enfermedades de los nervios en el imaginario popular, para el caso de una población
17
Sin embargo, hoy en día la extensión de una serie de prácticas populares de salud -en algunos casos con presencia de
religiosidades populares- en aspectos que tocan con el bienestar individual de grupos sociales medios y altos de la
población -inclusive profesionales de diferentes especializaciones y personal del sector institucional de salud-problematizaría
esta oposición. En realidad, la orientación universalista-individualista no necesariamente tendría una completa hegemonía
en los grupos de alta escolaridad. Habría así una situación de crisis del modelo de modernidad en los sectores sociales
más adecuados.
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