LECTURAS COMPLEMENTARIAS
serían menos proclives a la aceptación del sufrimiento y por lo tanto a las enfermedades
de los nervios, en el contexto de un tipo de socialización masculina que enfatiza la
"hombría", podría ayudar a entender el enorme peso de las consultas de mujeres por
estas enfermedades de origen nervioso, en oposición al fenómeno de los hombres
adolescentes, jóvenes y adultos.
Lejos de una explicación psicologista, la cual se construye sobre supuestos de
normalidad de clases medias "idílicas" versus patrones de desviación en salud mental,
a través de una serie de categorías convencionales de enfermedades mentales, la
perspectiva fenomenológica del sufrimiento a partir de la hipótesis de un esquema de
representaciones colectiv as o de un imaginario, que operarían a nivel inconsciente,
interpreta el síndrome nervioso y de las enfermedades socioculturales como un proceso
de manifestación en los cuerpos de los sujetos individuales de las relaciones
intersubjetivas, mediadas por estructuras de la distribución desiguales de status y
roles en las unidades micro de las familias, el vecindario, el barrio, las redes de amistad
y de apoyo, los espacios laborales.
Los sujetos individuales a la vez son actores sociales, que se orientan según intereses
y proyectos, en un contexto socioeconómico y sociolaboral determinado, a partir de
una continua interacción. Las orientaciones de los actores en cuanto sujetos individuales
están marcadas por sus universos simbólicos, resultado de las diversas tradiciones
culturales en las cuales se han socializado y generado mezclas, collages, que les
sirven para la construcción de su normatividad valorativa inconsciente, a la manera de
representación o imaginario.
Ahora bien, a todo esto dónde entran a actuar los curanderos y los personajes médicos
de las prácticas de salud de tipo casero, que por tradición manejan las mismas mujeres,
por lo regular las de más edad (abuelas, tías, vecinas, etc.). Nuestra hipótesis es que
precisamente estos personajes son los actores cuyo principal papel es llevar a cabo la
interpretación de las representaciones y/o imaginarios que la población ha asumido
corporalmente a través de las enfermedades nerviosas y socioculturales.
Esta clase de interpretación le permite a las gentes identificarse con el universo
simbólico que inconscientemente las orienta como actores en diversas situaciones
microsociales de poder, estructuradas en roles y status desiguales.
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