Fundamentos de la Inv. Cualitativa | Page 300

LECTURAS COMPLEMENTARIAS produce una persona que tiene mucha energía en la vista, puede ser por maldad, por odio o por amor. Una caricia intensa a un niño lo puede trastornar. La energía de los adultos es muy fuerte y el niño es muy susceptible. Esa energía no se desprende del niño, permanece y hace daño, alterando el sistema nervioso produce una especie de enfermedad de los nervios. Con un soplo se puede sacar esa energía pero la concentración mental es indispensable". Eleázar Bravo El "mal de ojo" patología reconocida en sus distintas variantes15 por toda la población en la Comuna 14, procedentes de diferentes tradiciones médicas populares, indígena, negra-mulata, mestiza-campesina, gnóstica, espiritista, etc., a la vez que atravesada por diversas congregaciones y sectas religiosas evangélicas y pentecostales, configura con otras enfermedades socioculturales ‘especialmente el susto, la envidia y el maleficio por brujería– uno de los espectros de entidades etiológicas asociado a desórdenes nerviosos, o que conjuntamente con las enfermedades de los nervios presentan una mayor prevalencia epidemiológica. Es claro que este tipo de prevalencia sólo puede captarse a partir de un acercamiento a la morbilidad sentida de la población y de sus propias categorías y sistemas clasificatorios. Sin que pueda decirse que las enfermedades socioculturales en todas las situaciones formen parte del síndrome de las enfermedades nerviosas, en la medida que constituyen de por sí conjuntos sindromáticos, por ejemplo los del "mal de ojo", susto y maleficio, sí tienden a presentarse asociaciones desde una lectura de lo "popular" entre estas patologías, ya que al igual de las enfermedades nerviosas son asumidas como manifestaciones codificadas a nivel corporal de vivencias no deseadas en los espacios cotidianos, intrafamiliares, de vecindad, laborales, de redes de apoyo, de amantes,16 15 Hemos detectado más de cinco variantes a partir de la clasificación que hacen los curanderos y las mismas familias de la Comuna 14 de signos y síntomas diferentes. 16 Algunos trabajos como el de Hernández (1989), sobre la medicina popular en comunidades urbanas marginales de Bogotá (barios nor-orientales), presenta una interesante descripción de una serie de enfermedades que cae dentro de la clasificación sociocultural aquí empleada. Especialmente las patologías que hacen relación con el estado general del niño como “velado del difunto” o “tocado de difunto”, al igual que un tipo de “mal de ojo” que produce “granos” y “costras” con secreciones en todo el cuero cabelludo del niño. También encuentra el “descuaje”, similar al del “cuajo” en la terminología de Aguablanca. 300