FUMIgate v6 26/06/18 | Page 16

cierra el pecho y el apetito. Al tercer día vuelvo como testigo habitual del atardecer, pero algo había cambiado. Las plantas más grandes, aquellas que me atraían con su desfachatez en medio de tanta homogeneidad sospechosa, comenzaban a secarse lentamente. Las habían atacado, las estaban secando. -Las plantas guachas- me dijo Castro. Y continuó -después del aplique se mueren, para que solamente queden las nuevas. A esas no les hace nada, porque le meten una sustancia a la semilla para que resistan el veneno.- -Qué nivel de tecnicismo- me sugirió. Aunque yo simplemente pensé desmoralizado: “¡qué horror!”. » Entre la ciencia y la política Un aspecto esencial en la argumentación de quienes defienden este modelo de producción está basado en explicaciones científicas. Sin embargo, no solo estudios recientes han achacado sobre la toxicidad de los agroquímicos, sino que desde hace décadas se ocultan los alarmantes resultados de estudios realizados a lo largo y ancho del mundo. No es casualidad que los países más desarrollados, sean también los que tengan las reglamentaciones más restrictivas en cuanto al uso de estos productos. En nuestro país es paradójico el caso de Andrés Carrasco, médico argentino especializado en biología molecular y en biología del desarrollo, quien entre otros cargos de importancia, fue presidente del CONICET y jefe del Laboratorio de Embriología de la UBA. Dueño de una gran reputación como investigador, pasó a ser atacado y desprestigiado por diversos sectores luego de que sus estudios sobre la nefasta influencia del glifosato fueron ascendiendo en popularidad. Con un mínimo de lógica, podremos fácilmente deducir a qué intereses les eran serviles estos detractores. Por otra parte su figura, basada en el valor simbólico y científico de sus afirmaciones, lo ponderó como un estandarte en la campaña de con-ciencia sobre los efectos del modelo productivo. Participó de innumerables