FRAY PERICO Y SU BORRICO FrayPericoYSuBorrico | Page 56
Juan Muñoz Martín
Fray Perico y su borrico
buscando cada uno el mejor lugar donde refugiarse. El que menos corría era
fray Pascual, todavía dolorido en su parte posterior por los cuernos de la vaca, y
la primera cabra fue a estrellarse allí precisamente, con gran duelo del fraile.
Del envite fue a parar a una zarza cercana al camino.
Fray Olegario se subió a una cuba, pero la segunda cabra se encaramó
también y el fraile, de un brinco, se asió a la parra que cubría la puerta trasera
del convento. Los demás entraron al monasterio atropellándose en el umbral.
Mas, al llegar fray Sisebuto con sus ciento y pico kilos, se atarugó en la entrada,
y gracias a la arremetida de la tercera cabra, que venía lanzada de lejos, pudo
salir de aquel atolladero, al ser disparado como un cañonazo contra la pared del
vestíbulo. San Francisco se quedó perplejo cuando vio llegar al primer fraile:
abrió la puerta, la cerró, se persignó, se arrodilló, se levantó y, por la escalera de
la torre, desapareció. Todo fue en un abrir y cerrar de ojos, a una velocidad
endiablada. Al instante llegó otro fraile, abrió la puerta, la cerró, se persignó, se
arrodilló, se levantó y, por la escalera de la torre, desapareció. El tercero abrió la
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